En enero de 1916, José de Urquía sacaba a la luz en Madrid una nueva publicación, “La Novela Corta”, que publicaba los sábados a bajo precio obras inéditas de los autores más reconocidos del momento y de futuras promesas de la literatura y destinadas al público que de otra manera no podría tener acceso a esas lecturas. Así lo adelanta el propio director en el número 1:
“En España, el libro es caro; nuestro bolsillo, pobre. Esta abulia del público se deriva no de su desamor a la lectura, sino al precio de las publicaciones… He aquí los propósitos de LA NOVELA CORTA: conciliar el carácter popular del semanario con la aristocracia espiritual del libro. Obras rigurosamente originales de nuestros más preclaros escritores, en unas condiciones editoriales si bien ruinosas para nuestros intereses personales, fomentarán en cambio el amor a las letras no solo entre nosotros, sino también entre esa numerosa masa de lectores forzosamente alejados del libro”
Número 1 de La Novela Corta |
Con ese precedente, en la ciudad de Vigo pretendió llevarse a cabo algo parecido pero con un temario centrado únicamente en el ambiente vigués. Con un formato y paginación similar al de “La Novela Corta”, a bajo precio y publicación los sábados, y obras inéditas no solo ya de escritores encumbrados sino de personas influyentes en el ámbito literal y artístico de la ciudad. A tal efecto, un grupo de intelectuales vigueses constituía en marzo de 1929 una empresa llamada “Editorial Atlántica”, que sería la encargada de “la edición de novelas cortas, de ambiente local, de las que serán autores las más prestigiosas firmas literarias de la localidad. Estas publicaciones, dada su índole cultural, tendrán en su coste un precio eminentemente popular. Los dibujantes serán los prestigiosos artistas Sobrino, Requejo, Maside, Gil de Vicario…”.
Nómina de colaboradores, Angulo entre ellos |
En el momento de la aparición de Editorial Atlántica ya tiene la exclusiva de las siguientes obras:
- “La tragedia del delantero centro”, de Ramón Fernández Mato.
- “Miss Vigo”, de Salvador Quintero.
- “Príncipe Street”, de Luis Gil de Vicario.
- “Las ondinas del Club Náutico”, de José Posada Curros.
- “Sol-Colón-Urzaiz”, de José Signo.
- “El hijo del mar”, de José Bethencourt.
- “María Rosa”, de Alfredo Gómez Jaime.
- “En la Casa de Socorro” (novela freudiana), de Federico de Angulo Vázquez.
- “La novia repórter”, de Laureano Cao Cordido.
y estaba en negociaciones para hacerse con los manuscritos de autores como Valentín Paz Andrade, Jerónimo Toledano, Peña Novo, Roberto Blanco Torres, Fernández Valle… todas ellas reconocidas personalidades del ámbito gallego y vigués.
Portada del nº 2 (Fotografía Almoneda de Vigo) |
Al precio de 30 céntimos, el sábado 16 de marzo de 1929 se publicaba el primer número: “La tragedia del delantero centro”, de Fernández Mato, “una novela de amor y de sport”. Y al siguiente sábado, 23 de marzo, “Miss Vigo”, de Salvador Quintero, que en ella “describe en trazos sobrios y sorprendentes el panorama de la actual sociedad viguesa, detalla con sus vicios y virtudes la vida de las frívolas niñas bien, de la juventud feliz y confiada”. Edición con prólogo de Fernández Mato e ilustraciones de Gil de Vicario.
Y a partir de aquí el silencio. No hay noticia de que se siguieran publicando, no tenemos constancia de que el tercer número viera la luz. En la prensa de la época no aparece ningún anuncio, entre los fondos de la Biblioteca Nacional no hay nada, y entre los de las bibliotecas gallegas sólo existe el segundo número de Quintero. Tras sólo dos números publicados y pensando que ese bajo precio no era expectativa de gran ganancia, ¿cerró la Editorial Atlántica? ¿Derivó sus esfuerzos hacia otro tipo de publicación? No lo sabemos con certeza, pero lo que sí es cierto es que el manuscrito de Federico Angulo, viera o no viera la luz, existió ya que la editorial ya lo tenía en sus manos para proceder a su edición pero seguramente se perdió para siempre.
Aparte de los artículos periodísticos, nos hubiera gustado conocer cómo se desenvolvía en la prosa de ficción, esa novela corta freudiana... Una lástima.
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