lunes, 20 de junio de 2011

1938 Historia de un canje frustrado (II)

   El 11 de agosto de 1938 el Gobierno de la República da marcha atrás en la inclusión de Careaga en la lista de canje. Se dirigen cartas a Zugazagoitia, Secretario del Ministerio de Defensa Nacional, a Julio Álvarez del Vayo, ministro de Estado, a Roland Martí, Delegado del Comité Internacional de la Cruz Roja en Barcelona, y a Walter Thurston. En ellas se hacía constar que:

   “En referencia al canje de aviadores y combatientes norteamericanos interesado por el Embajador Mr. Bowers, para manifestar a Ud. que en la propuesta de los aviadores ha sido incluido, debido a un lapsus que nosotros somos los primeros en lamentar, el aviador rebelde JOSE CAREAGA URIGUEN, el cual figuraba anteriormente en canje contra otra persona; por lo que ruego a Ud. encarecidamente se sirva transmitir esta noticia a Ginebra, indicando que el aviador Careaga será sustituido en la citada propuesta de 15 aviadores por otro prisionero en poder del Gobierno de la República, de la misma Arma”.

   Ese aviador sustituto de Careaga que propondrá la República será el piloto italiano Giuseppe Bordignon. La exclusión de Careaga no debió agradar en Burgos ya que el canje queda temporalmente bloqueado. El 5 de septiembre se hace constar al Ministerio de Defensa que “este asunto se halla pendiente de la aprobación de los rebeldes y está detenido por el caso especial del aviador Careaga, que se le reserva, como al súbdito alemán Antonio Gabriel Rodríguez, para salir de nuestra zona en canje después que el Teniente Coronel de Carabineros Don Federico Angulo haya sido evacuado de la zona rebelde, ya que su vida corre peligro”. En Barcelona ya hay noticia de que Angulo ha sido trasladado a Burgos y comienzan a pensar en la posibilidad de que se ejecute la condena a muerte que pesa sobre él. Finalmente, el Gobierno de Franco se pronuncia y Zuga recibe el 24 de septiembre la siguiente nota:

   “En relación al canje de 14 aviadores, entre los que figuraba Careaga, he de manifestar a Ud. que los rebeldes, según parece, desisten de reclamar a este aviador porque no quieren liberar al Teniente Coronel Angulo, y desean se le sustituya en la relación por GIOVANNI GUIDUCCI, Teniente aviador que debió aterrizar en Sagunto el 18-7-38, o que fue derribado el 22-7-38 a 35 kms. N.O. de Sagunto y que pertenecía al 23 grupo Aso di Bastoni. Lo que traslado a Ud. rogándole me comunique si puede aceptarse o no”.

   Efectivamente, el Ejército del Aire nacional (a pesar de que han pasado ya varios meses) no acepta ese canje, y la razón que alega es:

   “Sostenida una larga entrevista con dicho Señor Embajador [Bowers], presentó la dificultad en el canje planteado de caídos en combate y en el que figuran pilotos Nacionales y Legionarios, por el empeño de Indalecio Prieto con relación a una persona [Angulo] ajena a la Aviación equiparándola a un piloto nacional [Careaga]. Se presentó a dicho señor la protesta referente a la mezcla en un asunto exclusivo de Aviación con persona que no era de este Arma y que los políticos enemigos entorpecían la labor del Embajador en su papel intermediario”.


   Todas estas últimas gestiones eran absolutamente inútiles. Las lógicas dificultades de comunicación y demoras de tiempo ya no servían para nada puesto que el 6 de septiembre Franco ya había firmado el “Enterado” en relación a la pena de muerte de Angulo y el día 30 ya se habían decretado las últimas disposiciones para llevar a cabo la ejecución. Recordamos que Angulo fue fusilado el 3 de octubre, noticia que no llegó a zona republicana hasta 10 días después y que provocó la indignación en los dirigentes republicanos. José Giral escribía a Zugazagoitia de forma más serena pero la respuesta de Zuga fue mucho más contundente:

   “Como Ud. recordará, en la propuesta de canje de 11 aviadores que tramitaba el Embajador de Norteamérica Mr. Bowers, figuraba el Alférez Piloto rebelde JOSE CAREAGA URIGUEN, que se le retenía como contrafigura del Teniente Coronel Don Federico Angulo. Como desgraciadamente este último ha sido fusilado, deseo saber si Careaga puede ser objeto de canje en la propuesta a que antes aludo”.
   Barcelona, 7.11.38

   “Mi querido amigo: Me refiero a su carta del 7 del actual en la que alude a la propuesta de canje que la Embajada de los Estados Unidos formula a favor del Alférez piloto rebelde José Careaga Uriguen. Desde luego, de ningún modo puede ser objeto de canje el mencionado piloto”.

Julián Zugazagoitia y Francisco Cruz Salido
   El subrayado es del propio Zuga. Pese a la lógica primera reacción y la amenaza de Indalecio Prieto de fusilar a Careaga, Zuga recapacitó y decidió no hacerlo. Así lo recuerda en sus Memorias:

     «Desconozco si Prieto se hubiera decidido a hacer efectiva su amenaza, ejecutando a Careaga. Presumo que no. El compromiso vine a heredarlo yo, que lo conocía, como secretario del Ministerio de Defensa. La primera inclinación de mi ánimo fue cumplirlo. La estúpida crueldad del adversario, ejecutando una sentencia de muerte a los varios meses de dictada, cuando prácticamente parecía otorgada la conmutación de la pena y se estudiaban varias posibilidades de canje, me irritó profundamente, añadiendo a la herida un cáustico que la infectaba
     Cruz Salido contribuyó a apaciguarme. ¿Qué ganábamos con hacer condenar y ejecutar a Careaga? Añadir una más a la nómina innumerable de las víctimas. Lo que nos interesaba, aquello en que apasionadamente habíamos trabajado, no lo podíamos alcanzar. La represalia no nos iba a quitar “el dolorido sentir”... Y dejamos que Careaga corriese su suerte de aviador prisionero. No nos volvimos a ocupar de él. Ignoro si vive o si murió. Su destino me es perfectamente indiferente. Pude haber intervenido en él, con daño suyo, y no lo hice».

     Lo que son las ironías y crueldades del destino. Zuga y Cruz Salido, los dos responsables de que un aviador del ejército nacional continuara con vida, acabarían fusilados por el bando victorioso cuando ya hacía un año que había acabado la guerra. Zuga no supo nada más de Careaga, y aunque a él su suerte le fuera indiferente, daremos unas pequeñas pinceladas acerca de quién era Careaga.

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