miércoles, 8 de junio de 2011

1922 La primera "muerte" de Angulo

Reclamo de alistamiento de 1921
   En el año 1919, mientras continuaban produciéndose las cruentas campañas de Marruecos, el por entonces comandante Millán Astray, viendo la desorganización del Ejército y la poca efectividad de los soldados de reemplazo y reservistas, creyó conveniente la formación de un Cuerpo de primera línea que siguiera el ejemplo de la Legión Extranjera francesa. Su proyecto fue aprobado por el Estado Mayor y el Alto Comisariado, y el 28 de enero de 1920 un Real Decreto oficializaba la creación del Tercio de Extranjeros, más conocido como la Legión. Los requisitos de ingreso tan solo se limitaban a tener entre 18 y 40 años, moral de combate, y no era necesario estar en posesión de ningún tipo de documentación: «La Legión llama y acoge a los hombres, sin preguntar quiénes son ni de dónde vienen». Quedaban establecidas primas de enganche de 700 pesetas por cinco años y 500 por cuatro años, aparte de los haberes diarios. La convocatoria tuvo un gran éxito y el bautismo de fuego del nuevo Cuerpo lo tuvo la 6ª Compañía de la 2ª Bandera el 7 de enero de 1921.

   La creación de ese nuevo Cuerpo parece que debió ser un auténtico reclamo para Angulo, puesto que pasarían tan solo unos meses para que fuera uno de sus integrantes. Dejaba el último de los diarios en los que trabajó hasta ese momento, el bilbaíno Las Noticias, y decidía alistarse. Lo haría en el Tercio Duque de Alba 2º el 16 de noviembre de 1921 en el Banderín de enganche de Santander y poco después lo encontramos en Dar Riffien. Este Tercio tenía la Comandancia General en la ciudad de Ceuta, aunque ante los numerosos voluntarios que se alistaron, tuvieron que dejar el viejo Cuartel del Rey que tenían como sede desde sus inicios en la ciudad y construir un nuevo campamento que se situaría en dicho lugar, distante unos 10 km de Ceuta, según Millán astray «en el camino a Tetuán, se asienta el campamento de Riffien, cuna de la Legión. Lugar apacible y tranquilo en estos tiempos; no lejos del célebremente histórico llano de los Castillejos, bañado por las aguas del mar y resguardado del poniente. Es un bonito, cómodo, amplio y saludable campamento. En él están las "Compañías de depósito", que reciben a los legionarios a su ingreso, para darles los primeros rudimentos de la instrucción antes de enviarlos a las Banderas».

Hoja de alistamiento de Fedrico Angulo en el Tercio

Cuartel de Dar-Riffien

  






 

   En febrero de 1922, su tío Luis Vázquez del Valle, teniente coronel de caballería, por mediación del general Guillermo Lanza consigue que sea destinado a la 2ª Compañía  de la 1ª Bandera en Melilla, hecho que no se haría efectivo hasta mediados de marzo. Cuando llegó a África ya se había producido el hundimiento de la Comandancia de Melilla –cuatro meses antes, el desastre de Annual y la masacre de Monte Arruit- y estaba en marcha la reconquista de los territorios perdidos. Ya se había recuperado Nador, Tahuima y los pozos de Agraz. El 10 de octubre se había vuelto a tomar el Monte Gurugú, y el 14 Zeluán. A primeros de noviembre se habían restablecido las posiciones previas al desastre. En consecuencia, los primeros meses en Ceuta y su llegada a la Comandancia de Melilla son días de relativa tranquilidad. Allí su función era la de secretario del por entonces Jefe de la Legión en funciones –por estar Millán Astray convaleciente de sus heridas-, el Comandante Francisco Franco. Ya podemos apreciar los caprichos del destino, la relación personal que tuvo Angulo con Franco, y lo lejos que estaría de pensar en ese año de 1922 lo que les depararía a ambos en 1936, y particularmente, la condena a muerte que se dictaría al año siguiente y el intento de canje de Angulo al que Franco no accedió. El futuro Caudillo de España tuvo la posibilidad de salvar la vida de su antiguo secretario en Marruecos y no lo consintió.

Franco en 1923
   Y llegamos al momento en que, siguiendo en Dar-Drius, el 5 de julio de 1922 salta a las planas de La Vanguardia, diario de Barcelona, esta noticia:

          BILBAO
     Se ha recibido la noticia de Tetuán de que el periodista bilbaíno don Federico Angulo Vázquez que sentó plaza en el Tercio para hacer información para varios diarios, sucumbió heroicamente en la zona de Xauen.
     El señor Angulo fue redactor de los diarios bilbaínos El Liberal, La Voz de Vizcaya, El Pueblo Vasco y Las Noticias.
     Su muerte ha sido sentidísima en Bilbao donde deja esposa y dos hijos.

   Desde luego, no era cierto. No sabemos en base a qué rumor pudo saltar esa noticia, primero en Bilbao y después en Barcelona. Repasados los partes oficiales que se enviaban desde Marruecos desde el 1 de julio no hay la más mínima constancia de ese hecho. Además, a pesar de ser periodista, no era corresponsal de guerra para ningún diario, era un legionario del Tercio, y además, en aquel momento trabajando y relacionado con la Plana Mayor de la 1ª Bandera a las órdenes de Franco. Cuando por fin la familia lo había localizado y habían pasado unos meses de calma, podemos imaginar el desconsuelo que reinaría en su ánimo al leer esta noticia en el periódico. A lo largo de ese día, sin duda, debió cruzarse alguna llamada telefónica desde Bilbao a Barcelona por la celeridad en que reaccionaron. El mismo día 5, a las diez de la noche, su tío Luis Vázquez –con el que se entrevistó en marzo en el Hotel Victoria de Melilla, que había vuelto a la Península al ser destinado al Regimiento Cazadores de Treviño, en Cataluña-, cursaba telegrama urgente para confirmar esa noticia y que no pudo ser transmitido hasta las once y media:
Servicio Telegráfico Militar                                       5-7-22
Ofal Repte Legión al Comte Jefe misma
Recibido telegrama de Barcelona para Vd dice:
     “Ruegole conteste urgente noticias de mi sobrino carnal cabo Federico Angulo Vazquez gracias”
Tte Coronel Vazquez
-Provenza 352-

   Al día siguiente el propio Franco, en nota manuscrita, ordena se envíe el telegrama de respuesta que tranquilizara a sus familiares:
Al Oficial Representante = Melilla = 6-7-922
     Ponga el siguiente telegrama a Barcelona = Provenza 352 = Su sobrino se encuentra en perfecto estado salud, a sus ordenes.
Fdo. Franco
Telegrama de respuesta de Franco
     Sin embargo, todavía les quedaba pasar dos-tres días de incertidumbre. La orden de Franco no debió cursarse con la rapidez requerida ya que el día 8 todavía no se había confirmado en la Península y la familia incluso se dirigió para la gestión al Alto Comisario de Marruecos para certificar la falsedad de la muerte de Federico:
Servicio Telegráfico Militar                  7-7-22
Alto Comisario a Jefe Tercio
     Sírvase manifestarme con urgencia estado y situación en que se encuentra el legionario de la 1ª Bandera Federico Angulo Vazquez
Ceuta
     El día 7 tampoco hay respuesta. No será hasta el día siguiente cuando por fin –a pesar de que Franco ya había ordenado la respuesta dos días antes- se confirma en España la buena noticia:
8 julio 1.922
Jefe Representante Tercio
Alto Comisario
     En respuesta telegrama V.E. de hoy relativo legionario Federico Angulo Vazquez, debo informarle se encuentra actualmente en Dar-Drius presente en la 2ª Compañía sin noticias de que le ocurra nada anormal.
El Jefe Representante
     Vuelve la tranquilidad al seno familiar. Todo se ha aclarado ya y para acabar de deshacer el malentendido no queda más que el hacerlo a nivel público. La Vanguardia, el 11 de julio, no sabemos si por directa comunicación de Luis Vázquez, publica el siguiente breve:
Rectificación
     Nos comunican que, afortunadamente, no se ha confirmado el rumor que circuló en Bilbao y que nos transmitió nuestro corresponsal referente a la muerte en la zona de Xauen, del legionario, periodista de Bilbao, don Federico de Angulo Vázquez. Según noticias recibidas de Melilla, el señor Angulo Vázquez, sigue sin novedad en la plana mayor de la primera bandera, en Dar-Drius, desempeñando la plaza de secretario del comandante Franco.
     Seguramente ajeno a esos tres días de incertidumbre que se vivieron en Bilbao y Barcelona, Federico seguía desempeñando el trabajo que se le había encomendado desde su llegada a la Comandancia de Melilla.

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