Iniciamos aquí una serie de recorridos fotográficos cuya única pretensión es tener a la vista imágenes exactas o aproximadas que nos ayuden a imaginar lo que vivió Federico Angulo en cada una de sus estancias en distintas ciudades por las que transcurrió su vida. No hemos podido resistirnos a comenzar casi por el final, esto es, por el Madrid que tanto supuso para él desde que se estableció en la capital. Su etapa en el diario El Socialista fue breve pero muy fructífera, y es principalmente por la que en mayor o menor medida es conocida su figura. Llegó en un año que, pareciendo que lo hiciera expresamente para satisfacer sus anhelos luchadores, fue crucial para la vida española. A nadie escapa lo que supone el año 1936, que es cuando Angulo se integra definitivamente en la redacción del diario madrileño.
Desde su domicilio en la calle Altamirano nº 51, piso 3º, su vida diaria transcurriría principalmente en el pequeño espacio que va desde las Glorietas de Ruiz Jiménez (antes de San Bernardo) y la Glorieta de Bilbao, delimitadoras ambas de una calle de gran significado para los socialistas: la calle Carranza. Allí, en el nº 20 esquina a la calle Monteleón tenía la Redacción el diario El Socialista, desde la que salía de tanto en tanto (o quizás asiduamente) junto con sus compañeros al Café Marly (españolizado tras el triunfo de Franco por "Café Marlin") de la Glorieta de Bilbao. El mismo Angulo añoraba esos tiempos cuando, al final de su vida, le comentaba a su director Zugazagoitia: "Volveremos, ¿te acuerdas?, a Marly. Tendremos el periódico hecho, y Albar, Vázquez, Cruz, tú y yo comentaremos para nosotros, o cuando más, para Pascua y Méndez". Igualmente desde Carranza salió el 19 de julio hacia la Glorieta de San Bernardo para intervenir en las primeras horas de lo que vendría a convertirse en una cruenta guerra de tres años. Y entretanto, su visita obligada al Congreso para ejercer su labor de redactor político.
Y son esos espacios los que queremos rememorar, tal y como fueron en aquellos años...
Vista de la Glorieta de Bilbao tomada desde el final de la calle Luchana. Al fondo a la izquierda se aprecia el inicio de la calle Manuela Malasaña y a la derecha, mucho más amplia, el de la calle Carranza. Entre ambas calles se ve el edificio "Ocaso", en cuyos bajos se encontraba el Café Europeo.
Vista contraria a la anterior. Tomada desde la confluencia de Carranza con Fuencarral, en la propia Glorieta, se aprecia el inicio de la calle Luchana. En el centro, la estatua de Juan Bravo Murillo, que permanecería en ese emplazamiento desde 1902 a 1961. (Desconocemos la ubicación exacta del desaparecido Café Marly pero quizás se encontrara tras alguno de esos toldos que se ven en el chaflán que forman las calles Fuencarral y Luchana).
Con una pequeña variación de ángulo y tomada unos años antes, la misma vista que la anterior de la Glorieta de Bilbao.
Ya iniciada la guerra civil, vista del bulevar de la calle Carranza en su parte final, tocando a la Glorieta de San Bernardo. Al fondo pueden apreciarse los pabellones del Hospital de la Princesa, sobre el que ya tratamos al hablar del paso de Angulo por sus salas para restablecerse de sus heridas.
Tomada desde el mismo punto que la anterior pero con otro ángulo: el final de la calle Carranza, La Glorieta de San Bernardo, el Hospital de la Princesa al fondo a la izquierda y al fondo en el centro el inicio de la calle Alberto Aguilera.
Bulevar de la calle Alberto Aguilera, muy probablemente paso habitual de Angulo para trasladarse de su domicilio de Altamirano hasta la Redacción de El Socialista en la calle Carranza.
Edificio en el que se encontraba la Redacción y Administración del diario El Socialista, amén del domicilio de Indalecio Prieto, en la calle Carranza nº 20, esquina a la calle Monteleón.
Carrera de San Jerónimo y Congreso de los Diputados.
Muchas gracias, bonita presentación que a mi me ha desvelado un pedacito de mi historia familiar.
ResponderEliminarCreo que tengo localizado donde estaba el CAFÉ RESTAURANTE MARLY . . . elsoro@elsoro.com
ResponderEliminarMi padre era asiduo del café Marlin , después de la guerra, que era el llamado Marly antes de la guerra. Pero nunca le pregunté en qué esquina estaba. Y , ahora que me interesa, ya no tengo a nadie a quien preguntar.
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