sábado, 19 de noviembre de 2011

1933 Las elecciones (y V) Comentario II

Primera página de La Lucha de Clases del día 16 de noviembre de 1933, con los candidatos vizcaínos

   Aunque pudiera ser hasta cierto punto irrelevante, no queremos dejar pasar la oportunidad de dejar constancia de una pequeña rectificación acerca de una parte de la entrada que publicábamos el 19 de septiembre con el título de: 1933 Las elecciones (y V) Guipúzcoa. El pasaje del texto es el siguiente:

   "Así como “La Voz de Guipúzcoa” en 1931 se hizo eco de las actividades socialistas en aquella campaña, en esta, dado que ya se había roto la coalición republicano-socialista, no solo no informaba sobre lo concerniente a los socialistas sino que además se mostraba claramente beligerante hacia sus opiniones y actividades. Es por ello que difícilmente pueden encontrarse referencias en la prensa acerca de la campaña electoral seguida por los socialistas. Únicamente el semanario “La Lucha de Clases” y “El Liberal” de Bilbao informaban mínimamente acerca de ello, ya que prácticamente irrelevante era la posible ayuda que desde Madrid pudiera ofrecer el diario “El Socialista”.

   Comentario que venía apoyado por la opinión del profesor Rodríguez Ranz en su libro "Guipúzcoa y San Sebastián en las elecciones de la II República", en cuya página 444-nota 79 podemos leer:

   "En noviembre de 1933 el PSOE no disponía en la provincia no ya de un órgano de prensa propio, sino ni siquiera de espacios informativos en el diario más "afín". Por ello, la información sobre sus actos de propaganda ha sido obtenida, básicamente, del semanario "La Lucha de Clases" y del diario bilbaíno "El Liberal".

   Y es por ello que en esta entrada queremos publicar la rectificación que merece tanto una parte de nuestro comentario como el de Rodríguez Ranz. Por nuestra parte, a día de hoy todavía no hemos podido consultar las páginas del diario El Liberal, pero sí las de La Lucha de Clases. A pesar de llevar el subtítulo de "Órgano de la Federación socialista vasco-navarra y de la Unión General de Trabajadores", teníamos ya constancia de estar casi exclusivamente dedicado a las actividades de la Agrupación Socialista de Bilbao y de la Federación Socialista Vizcaína, amén de publicar artículos provenientes del diario El Socialista, de Madrid. Ya anticipábamos que su periodicidad semanal podría indicar la dificultad de que incluyera en sus páginas algún tipo de mención a actividades a realizar o realizadas por los socialistas en otra provincia. Y de esta manera podemos confirmar que en sus páginas, relativo a la campaña, actos y resultados de los candidatos a diputados por Guipúzcoa, no aparece ni la más mínima mención a la provincia de Guipúzcoa.

   De esta manera, a falta de confirmar el punto relativo a El Liberal de Bilbao, nos quedamos únicamente con que el semanario que dirigía Federico Angulo, La Voz del Trabajo, debió ser la pobre aportación como órgano de prensa que tuvieron los socialistas guipuzcoanos en la campaña electoral de noviembre de 1933.


   En otro orden de cosas pero también relativo a la campaña electoral de 1933 en Guipúzcoa, también queríamos dejar constancia gráfica de dos documentos que tan amablemente no han proporcionado desde el Archivo Municipal de Irún. Son dos octavillas de propaganda que pertenecen a los actos celebrados en dicha ciudad por los candidatos a Cortes por Guipúzcoa Enrique de Francisco y Julia Álvarez.



jueves, 17 de noviembre de 2011

1893 Ciudad Rodrigo (II)

Inscripción en la partida bautismal del lugar de nacimiento

   Como ya mencionamos en su momento, el 27 de septiembre de 1893 nacía Federico Angulo en un modesto piso de la calle Gigantes de Ciudad Rodrigo. A modo de complemento de aquella entrada que dedicamos a su patria chica y que ilustramos con fotografías de aquella época, queremos en esta ocasión acercarnos todavía más al centro neurálgico de nuestra historia. Aunque únicamente sea a título de curiosidad, gracias a Google Maps hemos podido anticipar un poco nuestro viaje y conocer el edificio en cuestión y sus inmediaciones. La manzana en la que se encuentra, de forma triangular, y que es la misma en la que podemos ver el Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo con fachada a la Plaza Mayor, queda delimitada por las calles de San Juan, la Rúa del Sol y la calle de Gigantes. Estrechas callejuelas que en su mayor parte han pervivido al paso del tiempo y que mantienen el espíritu y aroma de otros tiempos.


Fachada principal del nº 1 de la Calle Gigantes

Confluencia de la calle Gigantes con San Juan. En la esquina el nº 1 y al fondo, la Iglesia de San Agustín
Confluencia de Gigantes con San Juan, vista desde ésta última. A la izquierda, el nº 1 de la Calle Gigantes, a la derecha la puerta de entrada a la Iglesia de San Agustín y al fondo el edificio de Correos
San Juan desde el punto de vista contrario a la anterior. A la izquierda San Agustín, a la derecha la esquina del edificio de Correos, y al fondo el nº 1 de la Calle Gigantes
Nº 1 de la Calle Gigantes, en cuyo segundo piso nació Federico

martes, 1 de noviembre de 2011

1937 Alberto Fernández-Matamoros

   El teniente coronel de Infantería Luis Bartolomé Fernández-Matamoros Escobar contraía matrimonio en Tolosa el 15 de julio de 1876 con Amalia Rufina Filomena Arsuaga Yeregui. El hijo primogénito de la pareja sería Alberto Fernández-Matamoros Arsuaga, que nacía en Tolosa el 8 de octubre de 1877 (no de 1878, como consta en su expediente militar). Después vendrían sus hermanos Manuel, en 1880, Luis (en 1884) y Juan, en un futuro general de Infantería.

   Alberto entraría en la Academia de Infantería el 30 de junio de 1896, siendo su primer destino el Regimiento de Infantería Valencia, en San Sebastián, ciudad en la que pasaría la mayor parte de su vida. En 1898 fue destinado al Batallón de Burgos nº 5 con el que embarcaría en Cádiz en el crucero Buenos Aires con rumbo a Filipinas. Sin embargo, nunca llegaría allí. A la altura de Port-Said, en la entrada del canal de Suez, se le ordenó que volviera a la Península, desembarcando en Cartagena el 16 de julio del mismo año. Suponemos que debido a su estatura (1.52 m), jamás llegó a entrar en combate, ni en Filipinas ni en Marruecos, ni después en la guerra civil. Siempre estuvo de guarnición hasta que en 1917 sería designado encargado de alistamiento de reclutas en el Ayuntamiento de Tolosa, el mismo cargo que ocuparía después en Pamplona en 1919, ya con el grado de comandante. El 25 de octubre de 1907 contraería matrimonio en San Sebastián con María Ytuarte Balenciaga, de cuya unión no tenemos constancia que tuvieran descendencia. Sus últimos cargos desempeñados fueron los de encargado del Negociado de Censura militar de la Prensa en 1924 y secretario de la Junta de Clasificación y Revisión de la provincia de Navarra en 1925. En junio de 1931 se retiraba del servicio como teniente coronel de Infantería, volviendo al servicio una vez iniciada la guerra civil en el ámbito de Justicia Militar de la VI Región Militar, pasando a la Auditoría de Ocupación de Madrid, para volver de nuevo a la VI Región el 14 de abril de 1939.

   Más o menos conocidos son los sucesos acaecidos en Santander, en febrero de 1941, en los que por consecuencia de un terrible temporal se provocó un incendio que causó la destrucción de la mayor parte de la ciudad. Sin embargo, menos conocido es lo que ocurrió a causa de ese mismo vendaval unos kilómetros más allá. El tren que se dirigía de Bilbao a San Sebastián, a la salida de la estación de Zumaya cruzaba el puente sobre el río Urola a las once y media de la noche del sábado 15 de febrero. En ese momento, una racha de viento huracanado golpeó de llenó al tren, precipitando varios de sus vagones desde lo alto del puente al cauce del río. Uno de primera, otro de tercera y el de Correos cayeron al agua, y otros se precipitaron por el terraplén existente. La tragedia se saldó con 22 muertos y varios desaparecidos, además de numerosos heridos. De entre estos últimos, el soldado de Sanidad Julián Sánchez fue el encargado de rescatar a dos de los viajeros. Se trataba del coronel de Infantería Alberto Fernández Matamoros y su esposa. A partir de aquí, una vez superada esa terrible experiencia, le perdemos la pista aunque suponemos que siguió con sus ocupaciones en la Auditoría de Ocupación en San Sebastián, no habiendo podido confirmar en qué fecha falleció.


Imágenes del tren tras su caída al río Urola en febrero de 1941

   Durante la guerra, y tras la creación el 24 de octubre de 1936 del Alto Tribunal de Justicia Militar, la base legal sobre la que se apoyaba el Gobierno de Burgos era el Código de Justicia Militar de 1890. En éste, los tipos de procedimiento criminal estaban clasificados como Ordinario, Sumarísimo, y Sumarísimo de urgencia. Ya desde el 31 de agosto de 1936 se había decretado que “la norma de las actuaciones judiciales castrenses sea la rapidez, haciéndola compatible con las garantías procesales de los encartados”. Ya de entrada se hace difícil relacionar esa rapidez con esas garantías, que todos sabemos no existían. Además, para no “distraer del servicio de armas a los Jefes, Oficiales y clases para ocuparlos en la tramitación de dichos procedimientos”, en su artículo tercero se decretaba que podrían “desempeñar los cargos de Jueces, Secretarios y Defensores en los procedimientos militares que se instruyan, todos los Jefes y Oficiales del Ejército y sus asimilados, aunque se hallen en situación de retirados”. El presidente del Tribunal que condenó a Angulo se encontraba en esta situación.

   El procedimiento sumarísimo comenzaba con un atestado y un expediente incoado al detenido que seguidamente se remitía a la Autoridad Judicial. El procedimiento debía constar de dos fases: el sumario y el plenario. En el sumario se toman declaraciones y se ratifica la denuncia, se piden informes de conducta político-social sobre el procesado, se abre el Auto de Procesamiento, se conforma una Declaración indagatoria, y finalmente, un Auto de resumen de las actuaciones. En la elevación a Plenario es cuando se nombra abogado defensor y se hace entrega a Fiscal y Defensa las actuaciones para preparar tanto la acusación como la defensa. Para la celebración de la Vista, se nombra un Tribunal Militar que constará de: Presidente (Teniente Coronel), Vocal ponente, y 5 vocales del Arma (Capitanes)

   Sin embargo, durante la guerra civil se verá ligeramente modificado ya que se crearán los Consejos de Guerra Permanentes. Primero en Madrid, en noviembre de 1936, y posteriormente en provincias, según Decreto de 26 de enero de 1937, especificando que “se hace extensiva a todas aquellas plazas liberadas o que se liberen” la creación de Consejos de Guerra Permanentes, con la diferencia de que serán necesarios únicamente 3 vocales, que podrán ser tenientes, así como el presidente, que podrá ser comandante. Y no había posibilidad de recurso al Alto Tribunal de Justicia Militar ya que solo existiría esa posibilidad en procedimientos que no fueran sumarísimos, y todos ellos en los años de guerra lo eran.

   Sobre esta base legal, el 22 de septiembre de 1937, el Consejo de Guerra Permanente nº 2 de Bilbao, juzgaba en procedimiento sumarísimo de urgencia a Federico Angulo por delito de rebelión militar.

   La base legal de la que hablábamos antes y sobre aquello de las garantías procesales del encartado, se pueden resumir en la actuación del abogado defensor de Federico Angulo en la vista. Entendemos las reacciones de los amigos de Angulo, entre ellos Zugazagoitia, que ponía en boca del fiscal estas palabras: “Pido una sentencia justa, pero lo hago con pena porque el procesado es un caballero español a quien podemos testimoniar nuestro respeto”, y sentimos que en verdad no fueron tan románticas como pretendieron creer en sus declaraciones posteriores a su muerte en lo que se refiere a su abogado y al fiscal, pero este último lo único que hizo fue pedir la pena de muerte, y la actuación de la Defensa se limitó a exponer que “viéndose en la imposibilidad de sostener en justicia tesis distinta de la del Ministerio Fiscal se conforma con la pena de muerte solicitada por la Acusación Pública”.

Firma del abogado defensor
   Como no podía ser de otra manera, se dictó la sentencia esperada. El Tribunal lo componían:

   - Ponente: Benito Martínez
   - Vocales: los capitanes de Infantería Santos Fernández, Fernando Pérez Luis y Manuel Martín Rosales.

   Y el Presidente del Consejo dictaminó que “debe condenar y condena al procesado FEDERICO ANGULO VAZQUEZ a la pena de muerte y accesorias para caso de indulto de interdicción civil”.


   El mencionado presidente del Consejo de Guerra Permanente era Alberto Fernández-Matamoros Arsuaga.

jueves, 20 de octubre de 2011

1938 Ramón Lamoneda

Begíjar (Jaén), localidad natal de Ramón Lamoneda
     D. Ramón Lamoneda Fernández nació en la localidad de Begíjar (Jaén) en 1892. Todavía joven, aprovechó su traslado a Madrid para ingresar en las Juventudes Socialistas primero y en la Agrupación Socialista más tarde, en 1914. Presidente del sindicato de impresores y miembro de la comisión ejecutiva de la Unión General de Trabajadores en 1920. Vicesecretario del Partido Socialista y miembro del Partido Comunista de España desde 1921, del que salió para retornar al PSOE durante la dictadura de Primo de Rivera. Entre 1933 y 1939 fue diputado socialista por Granada y Madrid y secretario de las Cortes. Sería nombrado Secretario general del PSOE y representante español en la Internacional Socialista. Al acabar la guerra se exilió a México, donde se dedicaría con exclusividad a su especialidad en el ramo de Artes Gráficas, salvo los dos años que pasó en París de 1946 a 1948. Amaro del Rosal nos dibuja cómo era su domicilio mexicano de la Calle del Pino, 57: “Un piso modesto, modestísimo. En un balcón que hace esquina, tenía su rincón de trabajo. La luz siempre estaba encendida hasta altas horas de la madrugada. Allí estaba Ramón, con su cigarro colgado de los labios, a lo francés, inclinado sobre sus cuartillas, corrigiendo las pruebas de un nuevo libro, de otro, de una revista, buscando datos, precisando citas, fechas… y así treinta y dos años de emigración, sin dejar de trabajar un día”. Lamoneda, perteneciente a la “vieja escuela de los representantes de nuestro movimiento obrero de signo socialista que rendían culto a la disciplina, al cumplimiento del deber en el trabajo, a la modestia y a la honestidad de la forma más natural y sencilla” fallecería en México en 1971.

Fachada principal del Teatro Chueca, de Madrid

     El domingo 16 de octubre de 1938 en el Teatro Chueca de Madrid, en un acto organizado por el Grupo Sindical Socialista de Artes Gráficas madrileño, se celebraba una multitudinaria reunión del Partido Socialista, siendo el motivo principal de ella dar a conocer los importantes acuerdos tomados por su Comité Nacional. Ramón Lamoneda, Secretario General del PSOE, iniciaba su discurso con estas palabras:

     «Camaradas: Ha querido la Ejecutiva del Partido que sea aquí donde por vez primera se comenten públicamente los acuerdos que nuestro Comité Nacional adoptó en reciente fecha. Aquí como lugar más adecuado, y también mediante invitación, que he aceptado con gusto del Grupo Sindical de Artes Gráficas. Aquí, porque en Madrid, mi Partido, y en mi Partido, lo que fue su cuna, mi Arte de Imprimir, en el que milito sin pausa treinta años nada más, pero nada menos, con el historial de trabajo repleto y hoja limpia e inédita de sanciones».

     Abordó seguidamente palabras sobre política y tras unas primeras palabras sobre la gestión de la Ejecutiva, quiso hacer pública una noticia triste que acababa de conocer:

     «Hoy mismo nos trae la Prensa, entre otras, la triste noticia del fusilamiento de nuestro camarada Federico Angulo, y las oriflamas de nuestro Partido, rojas, ensangrentadas como esa noticia, son ésas las que nos están haciendo Partido. Federico Angulo era uno de aquellos hombres que, a título de socialista a secas, trabajaba en el grupo de redactores de nuestro periódico EL SOCIALISTA, y procurando precisamente en aquellos días llevar a todos la sensación del terrible peligro y de la grave amenaza que sobre todos se cernía. Federico Angulo, pluma bien cortada, conciencia bien limpia, espíritu bien animoso, tiró la pluma en Carranza, 20, y con un grupo de compañeros cogió el fusil para crear las Milicias de EL SOCIALISTA. ¿Qué importaba ya el texto de la hoja volandera si lo que se jugaba en la calle era el porvenir absoluto del país, del Partido, de todo? Y Federico Angulo fue una revelación, primero como militar; después como hombre.
     » Como militar, por su valor, por su pericia, por su arrojo no exento de serenidad, como quieren los cánones socialistas. Luchó en torno a Madrid y se aprestó a defender ese norte geográfico de España, que ha sido siempre para nosotros, los socialistas, norte espiritual, y allí, en su tierra, le atenazó la derrota, y cuando Federico Angulo compareció ante unos titulados jueces militares, que le pidieron qué tenía que declarar en su favor, Federico Angulo contestó: “Soy un teniente coronel del Ejército de la República; yo no os puedo decir más que una cosa: que vosotros no tenéis derecho a juzgarme a mí, que soy yo quien tiene derecho a juzgaros a vosotros”; y el propio fiscal reconoció que en aquel militar, a su juicio “militar rojo”, no había sólo un hombre inflamado por un espíritu revolucionario, sino que había un caballero. Y no en Santander, sino en Burgos, Federico Angulo ha sido fusilado.
     » Así hacen patria con los caballeros los hombres de Franco. ¡Con su pan se lo coman, que nosotros nos quedamos con el ejemplo de Federico Angulo para decir que sí, que tirando la pluma y cogiendo el fusil es como los hombres de más temple de nuestro Partido quieren conservar su pasado, cuidar su presente y asegurar su porvenir! ».

     Una salva de aplausos de los concurrentes a la reunión selló esas palabras, y tras ellas, continuó Lamoneda con su discurso acerca de los acuerdos tomados por el Partido en esa fecha desde la que ya se vislumbraba el final de la guerra. En aquel momento Ramón Lamoneda quiso recordar a un amigo y compañero de Partido. Poco tiempo después, hubieran podido celebrar ambos no solo su amistad, sino también su relación familiar, pero para Angulo ya no pudo ser.


     El motivo de esta pequeña entrada, a pesar de estar relacionada con Federico Angulo y personificada en la figura de Ramón Lamoneda, quiero que sea un sincero y cariñoso homenaje de mi parte a sus hijas, Dª Juana y Dª Marxina, que un día hace ya varios años me recibieron con los brazos abiertos y mostraron, y siguen mostrando, a pesar de la distancia, toda su amistad y cariño hacia la persona que esto escribe. Mil gracias a las dos y un fuerte abrazo

José Luis de Saralegui

martes, 27 de septiembre de 2011

1933 Las elecciones (V) Comentario

   Como anticipábamos en nuestra anterior entrada, no queríamos dejar pasar por alto una opinión del profesor de la Universidad de Deusto D. José Antonio Rodríguez Ranz. En primer lugar queremos elogiar su magnífica tesis que lleva por título “Guipúzcoa y San Sebastián en las elecciones de la II República”, y reconocer que tan vasto y sensacional trabajo no necesita que sea criticado por un simple y pequeño comentario, además vertido por un mero aficionado que ni de lejos podrá discutir juicios tan documentados como los que allí podemos leer. Pero ya que nuestro cometido en este blog es estudiar lo que fue la vida de Federico Angulo, el profesor Ranz nos permitirá –y perdonará, si en algún momento llega a descubrir estas páginas- que opinemos sobre este particular y tratemos aspectos que posiblemente él desconociera, seguramente porque no fuera necesario para su tesis ahondar en la figura de alguien no tan relevante, y de los que queremos dejar constancia.

   Se refieren primero a la inclusión de Angulo en las listas electorales del Partido Socialista para las elecciones de noviembre de 1933 en Guipúzcoa y a la conclusión extraída una vez conocidos los resultados:
   “Únicamente, algunos medios se hicieron eco del disgusto de un sector de afiliados por la inclusión en la candidatura de Julia Alvarez y Federico Angulo, candidatos foráneos ajenos al socialismo guipuzcoano”.

   “Dos son los elementos a destacar, a nuestro juicio, en el escrutinio de los sufragios de la candidatura socialista. El disgusto que entre un sector de la militancia había causado la inclusión en la candidatura de dos candidatos «advenedizos» –Julia Alvarez y Federico Angulo- se tradujo en un cierto retraimiento en la votación a estos candidatos, que serán los menos votados de la candidatura”.
 
 
   Comenzaremos por valorar los dos adjetivos empleados, a nuestro juicio desafortunados (principalmente el segundo, a pesar de ir entrecomillado) para justificar la inclusión en las listas de Álvarez y Angulo. Desconocemos la trayectoria seguida por Julia Álvarez en el País Vasco pero no así la de Federico Angulo. Y por ello, sin ser mentira que, efectivamente, Angulo no nació en el País Vasco, no es menos cierto que a nuestro juicio no debería merecer tales apelativos.
 
 
   - Federico Angulo nació en Ciudad Rodrigo pero ya tuvo un primer contacto con San Sebastián a los 3 años, adonde se dirigió al ser destinado su padre allí y donde pasó 3 años. Es entonces cuando las circunstancias familiares le obligan a salir y pasar unos años fuera de Euskadi, pero ya en 1912 vuelve a instalarse en San Sebastián, donde hará colaboraciones con los diarios "El Correo del Norte" y "El Pueblo Vasco" entre 1912 y 1914, además de escribir para "Heraldo de Madrid". A lo largo de ese año o bien en 1915 iniciará su estancia en Bilbao, que s eprolongará a lo largo de 7 años. Allí trabajará en “El Liberal”, “El Diario de Vizcaya”, “El Pueblo Vasco” y en “Las Noticias” y será secretario del Círculo de Bellas Artes y Ateneo. Años en los que se casará en Bilbao y tendrá allí a sus dos hijos. En 1921 tendrá lo que Zugazagoitia dio en llamar “veleidad juvenil” y se alistaba en el Tercio, pero al dejarlo en 1923, su primera decisión fue recoger a su familia e instalarse en San Sebastián y afiliarse al Partido Socialista. En Donosti no pasaría desapercibida su figura ya que fue el encargado de dirigir la prestigiosa revista “Vasconia Industrial y Pesquera” y por cuyo cargo sería el encargado de participar y ser autor de ponencias en diferentes Asambleas de Pesca. También es cierto que ese cargo sería el causante de que fuera llamado a Vigo en 1926 y tuviera que abandonar el País Vasco durante unos años.
 
 
   - En 1931 volvería a instalarse en San Sebastián y sería cuando llevaría más intensamente a cabo su actividad política. En 1932 será el fundador de la Asociación de Periodistas de la UGT de San Sebastián y en ese mismo año secretario de la UGT de Guipúzcoa tras su Congreso en agosto. En julio intervino en un mitin en Tolosa y sería designado secretario en la 5ª Sesión del Congreso celebrado en octubre del Partido Socialista. Ya el año de las elecciones, daría diversas conferencias: en la Unión Cultural Democrática en febrero y organizado por la Juventud Socialista de San Sebastián donde hablaría sobre el sexo femenino; sobre Marx en Irún, en marzo; sobre seguros sociales en la Casa del Pueblo de San Sebastián en junio… En febrero de 1933 el semanario “La Voz del Trabajo. Órgano de la Agrupación Socialista de San Sebastián” vuelve a aparecer en su tercera época y Federico Angulo será su director. Igualmente, previo a las elecciones, será secretario del Patronato de Previsión Social, y Presidente del Sindicato de Oficios Varios de San Sebastián.
   Por todo ello, sin dejar de ser ciertos esos calificativos por no haber nacido en el País Vasco, los creemos fuera de lugar al ver qué grado de implicación tenía él y conocimiento público se podría tener de él en San Sebastián y su círculo socialista.



   Creyendo haber dejado claro este punto, pasemos al siguiente. Que un sector de afiliados socialistas estuvieran en desacuerdo con la inclusión de Angulo en las listas, es algo totalmente posible, pero no por ello dejamos de creer innecesario que el profesor Ranz insista por dos veces. Él mismo dejaba claro el ultrapartidismo de la prensa para con cada uno de los partidos a los que patrocinaban. No sólo eso, sino que reconoce que la información que abordaban acerca de otros partidos en esa campaña electoral era mínima y además con ánimo de menosprecio. Así lo incluía en sus páginas “El Día” y “La Constancia”, y así igualmente comentaron lo que fue el último acto de campaña de los socialistas en el Frontón Urumea y del que ya hablamos. Nosotros todavía no hemos podido consultar la prensa de Bilbao pero sabemos que el profesor Ranz sí lo hizo, y al no hacer referencia a este punto deducimos que esa opinión únicamente se basa en la prensa derechista citada. No sabemos qué grado de objetividad y verosimilitud tendrá esa afirmación, como tampoco sabemos qué número de afiliados socialistas integraban ese sector descontento. Poca base nos parece como para darlo como influyente en unas conclusiones de los resultados.
   Y hablando de las conclusiones, comentaremos nuestra opinión acerca de ese “cierto retraimiento” de los votantes socialistas a Álvarez y a Angulo.
 
 
   Ya saben lo que esto lean cuál es el principal objetivo de este blog. Y hubiera sido suficiente para lo que buscamos haber dejado el tema de las elecciones de 1933 en una única entrada. Sin embargo, quisimos ampliarlo hasta en cuatro entradas anteriores que nada tenían que ver con Angulo precisamente para dar a entender cómo transcurrió políticamente el año 1933 y de qué manera tuvieron que afrontar los socialistas aquellas elecciones.
   Efectivamente, los dos fueron los menos votados de la candidatura socialista. Pero haría falta matizar que todos y cada uno de ellos fueron los menos votados en Guipúzcoa, republicanos incluidos. De todos ellos, el que más votos obtendría sería Enrique de Francisco. Y a pesar de ello, creemos que fue precisamente él el más castigado en el resultado electoral. Era uno de los más conocidos en Guipúzcoa, y en las elecciones de 1931, integrando la conjunción republicano-socialista, obtuvo acta de diputado al conseguir 25.612 votos. En 1933 ya no existía esa conjunción pero sí, al tener que votar a cuatro candidatos, fue el beneficiario de numerosos votantes no socialistas pero sí republicanos. Dudamos mucho que a Angulo le ocurriera lo mismo. Además, podríamos citar que el electorado se había convertido en más del doble. En 1931 tenían derecho a voto algo más de 73 mil personas, y en 1933, con el añadido del sufragio femenino, pasaba de las 166 mil y con una participación de votantes del 78%. Con todo ello, sólo conseguiría 21.596 votos. O sea que, un candidato socialista muy conocido, diputado en las elecciones anteriores por San Sebastián, perdió 4 mil votos y únicamente fue capaz de sacar 2.100 votos más que el candidato criticado por los propios afiliados, el candidato ajeno al socialismo guipuzcoano, el candidato “advenedizo”.
   Encontramos muy injusto el que la tesis resalte esa circunstancia y no se refiera a lo que acabamos de comentar. Creemos que en las circunstancias que se presentaron en noviembre de 1933, los 19.480 votos de Angulo serían dignos de reseñar de otra manera. Sin ir más lejos, obtuvo 5 mil votos más que el republicano Juan Usabiaga, diputado en 1931. Y son dignos de reseñar ya que las dificultades para los socialistas ese año fueron numerosas, y más en Guipúzcoa:
 
 
   - “En Guipúzcoa el índice de religiosidad e instrumentación política de la religión son muy superiores a la media estatal” (Rodríguez Ranz, p. 425)
   - El sufragio femenino supuso “un importante factor de apuntalamiento del carácter mayoritariamente conservador de la sociedad guipuzcoana” (Rodríguez Ranz, p. 426)
   - Refiriéndose a áreas rurales y semiurbanas de la provincia, “en los municipios de impronta rural y semiurbana la mayorías nacionalista se torna en hegemonía (Rodríguez Ranz, p. 486) y “la presencia de las formaciones políticas de izquierda seguirá siendo prácticamente simbólica” (Rodríguez Ranz, p. 489)
   - “El ultrapartidismo de la prensa donostiarra afectará muy negativamente a aquellas formaciones políticas que no dispongan de un órgano de prensa propio o, cuando menos, ideológicamente afín. De las cuatro candidaturas mayoritarias de la provincia será la socialista quien se encuentre en esta tesitura de aislamiento y silenciamiento” (Rodríguez Ranz, p. 448)

   Hemos querido enumerar esas dificultades con las mismas palabras que aparecen en la tesis porque tienen toda la razón. Y eso, a nuestro parecer, ayuda a calibrar el merecimiento de obtener casi 20 mil votos como algo positivo y no simplemente como comentario no de menosprecio pero sí de insignificancia y justificación de unos resultados que para los socialistas de Guipúzcoa y de toda España fueron desastrosos.

lunes, 19 de septiembre de 2011

1933 Las elecciones (y V) Guipúzcoa

   Acabábamos nuestra anterior entrada comentando que los socialistas decidieron no pactar alianza e ir en solitario a las elecciones. De ese modo ocurriría también en el País Vasco, no re-editándose así la coalición a la que llegaron republicanos y socialistas vascos en las elecciones de 1931. Tras la consulta realizada a las Agrupaciones locales guipuzcoanas y aunque tan solo fuera por 88 votos de diferencia, el Comité Provincial decidió ir en solitario a las elecciones. Tal y como comentábamos a nivel estatal que el Partido Socialista a lo largo de 1933 sufrió una fragmentación y posterior radicalización de una parte de sus afiliados, en Guipúzcoa ocurrió de forma parecida. Se constataba la división entre los que eran partidarios de seguir con la coalición de la izquierda republicana y los que adoptaban la postura más radical de romper relaciones con los partidos republicanos. Pese a ello, la decisión del Comité fue acatada por todos. La reunión celebrada el 15 de octubre por la Agrupación Socialista de San Sebastián confirmaba ese hecho, a la par que decidía, en espera de confirmación, sus candidatos para la provincia:

   “La Agrupación Socialista ha acordado ir a la lucha sin alianzas con otros partidos. Designó candidatos para luchar por los cuatro puestos de la mayoría a Enrique de Francisco, Toribio Echevarría, Federico Angulo y Julia Álvarez. Estos acuerdos serán sometidos a referéndum de las Agrupaciones locales”.

   La candidatura de los cuatro sería ratificada y representarían al Partido en Guipúzcoa.

   Enrique de Francisco Jiménez. (Getafe 1878-México DF 1957). Ingresaba en la Agrupación Socialista de Madrid en 1901, de la que sería secretario a partir de 1906. En 1910 se traslada a Tolosa, donde participaría en la reorganización de la Agrupación Socialista de dicha ciudad guipuzcoana. Director del semanario “Avante”, sufriría prisión a raíz de la huelga general de 1917. Sería candidato por Vergara en las elecciones de 1919 y 1920 sin resultar elegido. En 1924 se instalaría en Eibar, donde se encargaría de la organización comercial de la Cooperativa Alfa y presidiría la Agrupación Socialista local. Sería representante por diversas localidades guipuzcoanas en diversos Congresos del Partido, presidiendo las Sesiones del XIII Congreso de 1932, en cuya 5ª sesión era secretario Federico Angulo. Sería elegido diputado por Guipúzcoa en 1931 y por Madrid en 1936. Miembro del Comité Revolucionario, fue detenido en octubre de 1934, permaneciendo en prisión hasta febrero de 1936. Ya iniciada la guerra civil, sería nombrado por Largo Caballero presidente de la Junta Nacional de Milicias, siendo además secretario general de la Agrupación Socialista de Madrid durante los años de guerra. En febrero de 1939 se exiliaría a Toulouse junto a su mujer Nicasia Zamacola y tres de sus hijos. Presidente de la Comisión Ejecutiva del PSOE de 1944 a 1947 y ministro de Economía en 1946 del Gobierno de la República en el exilio. Amigo de Largo Caballero y perteneciente al ala izquierdista del Partido, por sus diferencias con Prieto dimitiría de sus cargos en 1947 en el PSOE y UGT y saldría para México, donde fallecería.

   Toribio Echevarría Ibarbia. (Eibar 1887-Caracas 1968). Integrante de la Juventud y posteriormente de la Agrupación Socialista de Eibar, tras trabajar como grabador de armería impulsó la creación de la Cooperativa de máquinas de coser Alfa. Por su relación con Prieto fue delegado del Gobierno durante los primeros años de la República en Campsa. Preso en Pamplona por los sucesos revolucionarios de octubre de 1934, salió en libertad en febrero de 1936. Director general de Campsa al inicio de la guerra civil, tras ésta se exilió en París donde sería administrador de la Junta de Auxilio para los republicanos españoles. En 1941 llegaría a Venezuela, donde escribiría libros y ensayos de carácter religioso, filosófico y autobiográfico. Estas de 1933 fueron las únicas elecciones a las que se presentó como candidato.

   Julia Álvarez Resano. (Villafranca 1903-México DF 1948). Según sus propias palabras en 1936: “Yo soy de Navarra, de familia humildísima. Con muchísimos esfuerzos y trabajos, conseguí terminar la carrera de maestra. Ejercí, primero, en Vizcaya, y luego, en Navarra. Vida terriblemente dura, si tiene usted en cuenta el predominio de derechas en aquellas regiones y mi fervor socialista de siempre. Por salir de allí, por abrir horizontes más amplios a mi vida, estudié Derecho. El año 1927 conseguí terminar la carrera. Luego hice oposiciones a la dirección de una escuela graduada en Madrid y aquí estoy desde entonces”. Casada con el abogado y diputado Amancio Muñoz Zafra, ambos resultaron elegidos en 1936. Inspectora de 1ª Enseñanza al comienzo de la guerra civil y Gobernadora Civil de Ciudad Real en 1937, la primera mujer que ocupaba en España dicho cargo. Al acabar la guerra sería la encargada del Secretariado Femenino en la Comisión Ejecutiva del PSOE. Tras su exilio en Toulouse, marcharía a México en 1947, muriendo al año siguiente.

   Federico Angulo Vázquez. (Ciudad Rodrigo 1893-Burgos 1938). No abordaremos en estos momentos aspectos biográficos suyos por haberlos ya tratado o que trataremos ampliamente. Tan solo comentar que en aquellos momentos había vuelto a residir en San Sebastián (ya lo hizo en 1924-25 para pasar posteriormente varios años en Vigo trabajando en diversas publicaciones), donde ejercía el cargo de director del semanario “La Voz del Trabajo. Órgano de la UGT y Partido Socialista de Guipúzcoa” (lo dejaría justo antes o tras la celebración de las elecciones), era secretario de la Unión General de Trabajadores de Guipúzcoa y del Patronato de Previsión Social, del que era Presidente el magistrado de la Audiencia Cirilo Barcaiztegui), y Presidente del Sindicato de Oficios Varios.

   Decíamos que la masa socialista acató la orden y aceptó la decisión tomada de ir en solitario a las urnas. Únicamente se oyeron algunas voces discrepantes acerca de la conveniencia de que Julia Álvarez y Federico Angulo fueran designados candidatos. El diario “La Constancia” publicaba el 10 de noviembre acerca de la candidatura socialista que “… por de pronto, ha sido mal acogida entre los partidos que el finado Marx cuenta en nuestra provincia, especialmente por lo que se refiere a la inclusión de los nombres de Julia Álvarez y Federico Angulo”. Y el diario “El Día”, al día siguiente, comentaba que “entre los elementos socialistas tampoco hay unanimidad, habiendo llegado a mostrarse por afiliados al partido el disgusto que les produce la inclusión de alguno de los candidatos en la lista facilitada”. No sabemos si sería o no numeroso ese sector socialista que estaba en desacuerdo con la candidatura. Lo que sí es cierto es que la opinión de los dos diarios referidos era diametralmente opuesta al socialismo, por lo que dejaremos esa opinión como relativamente fiable.

   (Sobre la inclusión de Angulo en las listas, anticipamos ya que en una posterior entrada valoraremos un par de comentarios con los que no estamos muy de acuerdo del profesor Rodríguez Ranz sobre este punto).

   A las propias dificultades de ir en solitario a las elecciones, se añadía el hecho de que en Guipúzcoa el Partido Socialista no tenía un órgano de prensa que ayudara a llevar su mensaje a la población. Quizás fuera en San Sebastián donde más acusado era el hecho del partidismo de la prensa por sus patrocinados políticos. No solo “jaleaban” lo que concernía a sus partidos si no que casi por completo silenciaban en sus páginas lo relativo al resto de partidos. Los cuatro diarios de la capital de mayor tirada eran: “El Día” y “El Pueblo Vasco”, que dedicaban su publicación casi exclusivamente a los nacionalistas vascos; “La Constancia”, que hacía lo propio con la Unión de Derechas, y “La Voz de Guipúzcoa”, que era el órgano de prensa de los republicanos guipuzcoanos. Como dice Rodríguez Ranz, “este ultrapartidismo de la prensa donostiarra afectará muy negativamente a aquellas formaciones políticas que no dispongan de un órgano de prensa propio o, cuando menos, ideológicamente afín”.
 

Y en este caso se encontraba el PSOE. Uno de los partidos más importantes se encontraba huérfano en Guipúzcoa de un medio de propaganda tan necesario como la prensa. Así como “La Voz de Guipúzcoa” en 1931 se hizo eco de las actividades socialistas en aquella campaña, en esta, dado que ya se había roto la coalición republicano-socialista, no solo no informaba sobre lo concerniente a los socialistas sino que además se mostraba claramente beligerante hacia sus opiniones y actividades. Es por ello que difícilmente pueden encontrarse referencias en la prensa acerca de la campaña electoral seguida por los socialistas. Únicamente el semanario “La Lucha de Clases” y “El Liberal” de Bilbao informaban mínimamente acerca de ello, ya que prácticamente irrelevante era la posible ayuda que desde Madrid pudiera ofrecer el diario “El Socialista”. Como puede imaginarse, información claramente insuficiente para captar votos entre el electorado guipuzcoano. Es de suponer que el semanario “La Voz del Trabajo. Órgano de la UGT y Partido Socialista de Guipúzcoa” sí ofreciera algún tipo de información pero una información de periodicidad semanal no serviría de mucho para esas necesidades. Por otra parte, hoy en día es incomprobable dicho punto ya que solo se conservan algunos números sueltos correspondientes al año 1934.

Intervención de Julia Álvarez en un mítin
   Las poquísimas referencias acerca de los mítines socialistas inciden en el hecho de que la postura de los candidatos era muy radicalizada, remarcando la crítica hacia la República burguesa y el antagonismo existente entre este sistema y el de la liberalización del proletariado que pretenden el sector más izquierdista del PSOE. Julia Álvarez en Irún el 10 de noviembre decía que “la república burguesa sigue los mismos procedimientos que la Monarquía, el cambio tenido ha sido el del rey por un Presidente, que bajo el gorro frigio tiene el bonete de los curas” y valoraba a Largo Caballero como “valor positivo de la revolución proletaria”.
   Se tienen confirmados 27 mítines de los socialistas en 20 localidades de Guipúzcoa. Eso no quiere decir que no se celebrara alguno más, ya que dada la desinformación acerca de sus actos celebrados no sería de extrañar. Y en esa contabilización se tiene confirmado que no solo los oradores serían los candidatos (quizás fueron los que menos hablaron), si no que fueron numerosos los representantes locales socialistas que se acercaron a los micrófonos, posiblemente para que el electorado se sintiera mucho más próximo. Se baraja la cifra de 64 intervenciones en los 27 actos y solo 10 corresponderían a los 4 candidatos. Federico Angulo intervino en 3 de esos mítines. Uno de ellos sería el 17 de noviembre, en que los socialistas donostiarras harían el último y más importante mitin de la campaña electoral. Se celebraría en el Frontón Urumea de San Sebastián y participarían de Francisco y Angulo. Desgraciadamente, la prensa consultada hasta el momento y de signo contrario se limita a reflejar que “asistió poco público” y que “la gente se aburrió demasiado y fue desfilando hacia la salida, quedando únicamente los que al parecer eran más entusiastas o estaban obligados a estar allí”.

Frontón Urumea de San Sebastián, donde Angulo participó en un mitin de campaña

   Finalmente, la jornada electoral se saldó con el triunfo aplastante del PNV, seguido por la Unión de Derechas, y como tercera fuerza más votada el Partido Socialista. Éstos, únicamente consiguieron  estar por delante de los anteriores en dos poblaciones de honda raigambre socialista: Irún y Eibar.

   A título individual, los votos obtenidos por Angulo tanto en la capital como en la provincia de Guipúzcoa fueron los siguientes:

   - San Sebastián 7670 (Distrito Casa Consistorial 398 – Distrito Muelle 164 – Distrito Ensanche Oriental 396 – Distrito Plaza Guipúzcoa 281 - Distrito Atocha 3050 – Distrito Mercado Oriental 858 – Distrito de la Concha 1399 – Distrito del Antiguo 1124).

   Abalcisqueta 6 – Aduna 5 – Alegría 14 – Alquiza 1 – Alza 247 – Alzo 1 – Amezqueta 6 – Andoain 174 – Anoeta 1 – Anzuola 7 – Arechavaleta 126 – Asteasu 4 – Astigarraga 91 – Ataun 3 – Aya 1 – Azcoitia 57 – Azpeitia 36 – Beasain 470 – Belaunza 1 – Berrobi 2 – Berastegui 8 – Cestona 9 – Cizurquil 14 – Deva 140 – Eibar 2677 – Elgoibar 221 – Elqueta 36 – Escoriaza 26 – Fuenterrabía 119 – Gaviria 2 – Guetaria 1 – Hernani 772 – Ibarra 6 – Ichaso 1 – Idiazabal 1 – Irún 1602 – Irura 8 – Isasondo 11 – Lazcano 13 – Leaburu 4 – Legazpia 8 – Legorreta 31 – Lezo 67 – Mondragón 700 – Motrico 74 – Mutiloa 3 – Olaverría 9 – Oñate 170 – Orendain 1 – Orio 32 – Ormaiztegui 17 – Oyarzun 41 – Pasajes 510 (Donibane 29 – San Pedro Trintxerpe 288 – Ancho 193) - Placencia 255 – Rentería 928 – Salinas 5 – Tolosa 810 – Urnieta 175 – Usurbil 66 – Vergara 559 – Villabona 55 – Villafranca 194 – Villarreal 60 – Zarauz 73 – Zumárraga 64 – Zumaya 128.

   Resultados que sumarían un total 19.480 para Federico Angulo como candidato por el Partido Socialista a la provincia de Guipúzcoa. El total de votos obtenido por sus tres compañeros de Partido fueron: Enrique de Francisco 21.596, Toribio Echevarría 20.435 y Julia Álvarez 20.049. Ninguno de los cuatro candidatos socialistas por Guipúzcoa obtendría acta de diputado.

Cola de votantes el 19 de noviembre de 1933 en un colegio electoral de San Sebastián

   Tras la reunión celebrada en el Palacio de Justicia de la Junta Provincial del Censo presidida por el presidente de la Audiencia Antonio de la Campa, el decano del Colegio de Abogados Aniceto de Rezola y el director del Instituto de Segunda Enseñanza Pérez Yagüe en la que se abrieron las actas de las elecciones, se hizo oficial el escrutinio definitivo dando como resultado que los 6 escaños que le correspondían a Guipúzcoa fueron para los 5 nacionalistas: Jesús María de Leizaola 56.449, Telesforo Monzón 45.923, Manuel de Irujo 45.742, Juan Antonio de Irazusta 45.427, Rafael Picabea 42.636, y para el candidato de Unión de Derechas Ramiro de Maeztu 32.320

   Esta sería la única oportunidad en que Angulo se presentaría a unas elecciones generales. Tras ese momento seguiría en sus funciones de periodista (en “La Prensa”, de Manuel Andrés Casaus) hasta octubre de 1934 en que tras el movimiento revolucionario se vería obligado a salir de España.

domingo, 4 de septiembre de 2011

1933 Las elecciones (IV)


Gobierno Lerroux

Gobierno Martínez Barrio



GOBIERNOS LERROUX Y MARTINEZ BARRIO

   El primer gobierno Lerroux establecido el 12 de septiembre tan solo sobrevivió 26 días. A pesar de tener representadas a 6 formaciones políticas, el intento de tener agrupadas a todas las minorías republicanas y evitar la disolución de las Cortes no surtió efecto. Como publicaba “El Socialista”, el Gobierno «ofrece todos los defectos de una improvisación». La salida del Partido Socialista del Gobierno quedó ratificada mediante la publicación de un manifiesto en el que dejaba claro que el cambio político era una «solución francamente enderezada hacia un retroceso en la marcha política y social de la República». Su postura era la de no perder ni un solo día con el nombramiento de un equipo que no contaba con el apoyo parlamentario, y por eso condenaban la demora en que se iba a producir la presentación en Cortes del nuevo Gobierno: «por no haber apresurado el Gobierno a convalidar ante las Cortes los poderes que le han sido otorgados por el Presidente de la República, ya que la plenitud de autoridad no puede tener por base la confianza presidencial, cuando ésta no aparece unida a la del Parlamento igualmente indispensable y de rango no inferior». Igualmente, advierte de los peligros del cambio de rumbo y se erige en el principal depositario y valedor de los valores republicanos: «En todas partes se observa, como consecuencia de la solución de la última crisis ministerial, el envalentonamiento de las derechas... Este engreimiento del adversario, a quien tanto terreno se acaba de ceder, proporcionándole nuevas y ventajosas posiciones en su combate contra las esencias políticas y sociales del régimen republicano, coincide con el enérgico ímpetu que anima a las fuerzas socialistas que a ellas corresponderá la histórica misión de defender en primera línea las nuevas libertades conquistadas por la España de hoy, impidiendo su destrucción escandalosa o su mixtificación hipócrita».

   Cumplida respuesta obtuvo desde las páginas del diario ABC, en el que uno de sus redactores más significativos, José Cuartero, publicaba el 15 de septiembre con el título “Jaquetones y holgazanes” un artículo en el que se permite ridiculizar al periódico socialistas después de su salida del Gobierno: «Las páginas de El Socialista chorrean ahora baba y hiel Estaba su gente “sacrificándose” por la burguesía republicana, cantando el sacrificio y el desinterés de su colaboración y fingiendo suspiros por el rescate... Pero ¡hay que ver cómo han recibido la liberación El Socialista y los ex trabajadores del enchufe! Desde el primer minuto rugen, cocean, rabian y muerden a diestro y siniestro Para nosotros, que desde fuera nos limitamos a ver y juzgar las cosas de la República, las disputas intestinas y las escandalosas colisiones del comedor, hay también una rociada de insultos que, por supuesto, no nos ofenden; por el contrario –confesemos el pecadillo-, nos divierte mucho el estado de ánimo que destapan, justo castigo de malos sentimientos y malos procederes, y nos divierte mucho más el ver cómo se les vuelven, a estallarles en la cara, los proyectiles que nos envían..... Para echar el desprecio de España sobre la coalición azañista y arrojarla del Poder, han bastado la razón, el civismo y la probidad de la crítica, el voto de los “burgos podridos” y el de todos los Ayuntamientos de España».

   A la situación tan inestable de este breve gobierno, vino a sumarse a finales de septiembre la escisión definitiva del Partido Radical-socialista. El Congreso del partido dio comienzo el día 23 y su eje central fue el discurso de Marcelino Domingo. Uno de los puntos que más se le criticó fue la inoportunidad de su resolución, en un momento en que finalizaba el gobierno Azaña, se eliminaba el puntal del apoyo socialista, y todo parecía indicar un cambio de orientación en la intención de gobierno. Abandonaba el partido: «con solemnidad y con gran tristeza, he de anunciar ante el Congreso, de un modo terminante mi baja en el partido radical-socialista», y de inmediato quedaba creado el Partido Radical-socialista Independiente.

   El día 2 de octubre fue el elegido para que Lerroux presentara a las Cortes su programa de gobierno. Al no tener posibilidad de disolver las Cortes quedaba a merced de sus oponentes y la sesión resultó un ataque en toda regla al presidente del Gobierno. Consciente de su falta de apoyo, el jefe radical iniciaba de la siguiente manera su discurso: «... yo sabía que no podría encontrar colaboración... Daréis o no vuestro voto al breve programa parlamentario que voy a exponer, pero de un modo o de otro nosotros sabremos en todo momento cumplir con nuestro deber». Lerroux sabía que estaba librando una batalla perdida, pero a pesar de eso, continuó con la enumeración y descripción de los puntos principales de su programa de gobierno: «Autonomía, laicismo, reforma agraria y reforma social». A continuación intenta definir sus propósitos aunque no puede evitar dejar patente la poca o nula estabilidad que va a tener el nuevo gobierno: «Estaremos aquí cinco minutos, cinco días o el tiempo que sea, pero dispuestos a gobernar y a restablecer la disciplina, a someter a las autoridades subalternas y a dar la paz al país. Dentro de una democracia son posibles todas las ideas, pero sin que lleguen a degenerar en guerra civil». Pretende transmitir el apoyo de la opinión pública y hace referencia a las elecciones celebradas recientemente «Estamos plenamente asistidos de la confianza del Jefe del estado y de la opinión pública. Ya nos lo ha demostrado en dos elecciones. Queremos gobernar con la voluntad de la opinión, pero no contra la del Parlamento, aunque lo consideramos divorciado, por desgaste, de la opinión pública». Indalecio Prieto es el primero que rebate el discurso de Lerroux y ya deja clara su posición contraria a la aprobación del nuevo Gobierno: «Hay en esta presentación un hecho singular: el de un Gobierno que se presenta a las Cortes para pedirle su confianza y decirles al mismo tiempo que están divorciadas con el país. Yo en toda mi vida política he oído jamás una manifestación semejante. ¿Con qué confianza quiere gobernar S.S.? ¿Con la del Jefe del Estado y con la maldita de unas Cortes divorciadas del país?». Y agrega «... y yo quiero declarar aquí que la colaboración de los socialistas con los Gobiernos republicanos ha terminado».

El voto femenino en las elecciones de 1933 (cola de votantes en Bilbao el 19 de noviembre)

   Reanudada la sesión al día siguiente, Lerroux replica las intervenciones de Prieto y Azaña, y no lo puede hacer de una manera más contundente: «Señores diputados: Los que van a morir os saludan. No tengo otra postura que tomar ante el respeto que me merece el régimen parlamentario». Y finalmente, realizada la votación, se aprobaba la desconfianza al Gobierno por 189 votos a favor y 91 en contra. Necesaria la elaboración de nuevo Gobierno, el 4 de octubre comenzaron las primeras consultas. Los dos primeros elegidos por Alcalá-Zamora, Ortega y Gasset y Sánchez Guerra, se excusaron. Siguieron, sin éxito y por este orden, los señores Sánchez Román, Manuel Pedregal, Gregorio Marañón, González Posada, y finalmente, tras varios días sin gobierno, el día 7 se le hacía el encargo a Diego Martínez Barrio, que conseguiría la formación de gobierno, no sin grandes dificultades dado el veto por parte del partido radical a que los socialistas participaran en el Gobierno, y a la interpretación socialista del artículo 75 de la Constitución por el que sería imposible que Martínez Barrio, ministro de Gobernación, al igual que Lerroux, pudieran continuar integrando el Gobierno de la República. Para tratar de convencer al jefe radical y que permitiera el gobierno de su lugarteniente Martínez Barrio, Marcelino Domingo ideó una visita a su domicilio personal esa misma noche. Se celebró la entrevista en casa de Lerroux, y éste no tuvo otra salida que condescender con la petición para no poner en peligro la estabilidad de la República. La visita y la situación en que se decidía el nuevo Gobierno provocó la repulsa de las fuerzas derechistas.

   Quedó compuesto el nuevo Gobierno y el 9 de octubre se decretaba la disolución de las Cortes y la convocatoria de elecciones generales, previstas para el día 19 de Noviembre próximo, y una segunda vuelta a celebrar el 3 de Diciembre.



LA CAMPAÑA ELECTORAL

   Disueltas las Cortes y nada más iniciarse la campaña, se producen los primeros e importantes movimientos. El jefe de la CEDA, José María Gil-Robles, considera imprescindible una unión de fuerzas de derecha y así lo propone en el Consejo Nacional del partido el 9 de octubre. Creía firmemente que, a pesar de tratar de mantener su independencia, «en los instantes críticos que se avecinaban era preciso evitar cualquier escisión ante el enemigo común». Y de esa manera, el Consejo acordaba «aceptar la intervención de la minoría agraria en la labor de coordinación de las fuerzas de derecha». La CEDA, primera fuerza de derechas del país, creía conveniente esa asociación y se declaraba «dispuesta a una estrecha inteligencia con todas las demás ramas de las derechas y los grupos antirrevolucionarios para formar un amplio frente antimarxista». La definitiva unión de derechas se concretaría el 14 de octubre mediante la aprobación de unas bases que integraban la representación de la CEDA, Renovación Española, los Tradicionalistas y los Agrarios.

Miguel Maura, en el Cine de la Ópera, de Madrid
   El cine de la Ópera era el escenario en el que se celebraba el acto organizado por el partido Republicano Conservador y en el que Miguel Maura iniciaba la campaña. Ya de inicio avisaba que no pretendía hacer un acto de campaña sino una reflexión propia de la situación en que España había quedado tras los dos primeros años de gobierno republicano, y que como español creía que «La República será el 19 de noviembre lo que España quiera. Pues eso es, principalmente, el motivo de mi alarma; esa es la razón por la cual yo abandono hoy todo lo que representa espíritu de partido o tendencia de partido, para hablar sólo como español. Y yo tengo que decir que, siendo eso así, por el camino que vamos todos, todos sin distinción, las derechas y las izquierdas, España va camino del desastre». Maura ve en la unión de derechas «una amalgama cuya sola contemplación da pavor».

Candidatos socialistas por Madrid
Mítin de campaña de Indalecio Prieto
   En un intento de contrarrestar la nueva fuerza de derechas, durante la celebración de la Asamblea de Acción Republicana se iniciaron contactos para tratar de organizar un gran partido de izquierdas en el que se integraran socialistas, radicales-socialistas, la ORGA, Federales y Esquerra de Catalunya. Prescindiendo de la posibilidad de esa alianza, a la salida de la asamblea Manuel Azaña realiza unas declaraciones en las que quiere dejar claro que su máxima pretensión es que sea la República la vencedora: «Tened presente que de las próximas elecciones el Parlamento que resulte puede ser conservador o de izquierdas. En vuestras manos está. Sois los más, los más conscientes, los que tenéis el deber en esta hora solemne de consolidar la República. Cuando veo algunos peligros pienso en la juventud que habrá recogido una República pura de toda mancha. Estáis obligados a luchar y a vencer. Llamemos a los republicanos, estén donde estén, de izquierda o no. Lo espero por la República y por España».

   Finalmente, la alianza no se llevó a cabo y los socialistas resolvieron presentar candidatura en solitario a las urnas.

   El resultado de las elecciones no dejó lugar a dudas. Con todos los condicionantes que hemos ido comentando, unido a la influencia que para algunos tuvo el voto femenino, el Partido Socialista cosechó un rotundo fracaso, obteniendo tan solo la mitad de los escaños que obtuvieron en 1931.