Desde su estancia en Motril,
lugar al que acudió para tratar de ayudar en la organización de la desesperada
y sangrienta evacuación de Málaga (a la postre, pilar importante ante la pasiva
y desesperante actitud del coronel Villalba) Federico Angulo estaba en
Catalunya. A primeros de marzo de 1937 sería nombrado Jefe de la Comandancia de
Carabineros de Gerona, en la que acometería principalmente la organización,
control y disciplina de todos los puestos de Carabineros emplazados en la
frontera francesa con objeto de evitar, en palabras de Zugazagoitia, la “situación caótica” en que se encontraba
aquella zona. En su puesto de la Comandancia de Figueras recibiría dos meses
después el ascenso a Teniente Coronel de Carabineros, y allí, por una parte angustiado
por la reducida actividad que mantenía en el Pirineo, y por otra, el ver cómo
se combatía en el Norte, principalmente en Bilbao, su tierra de adopción
durante 10 años, tomaría la decisión de marchar. Zuga recordaba que “nuestro amigo descabalgó el Pirineo y se
presentó a su jefe: “Pido
ir a Bilbao”. Hubo
forcejeo. Duró poco. El jefe y el subordinado eran amigos. “Si algún favor podía yo pedirte, es éste:
que me mandes a Bilbao. Puedo ser útil y tengo allí, combatiendo, a uno de mis
hijos. Mandarme”. Se firmó la
orden. En espera del avión -dos, tres, cuatro días-, fue saludando a los
amigos. Andábamos todos con él, y él con nosotros, en tapujos. Quien firmó la
orden se mostraba arrepentido de haberla firmado. Teníamos el presentimiento
claro de que nos despedíamos definitivamente. Y lo que tapábamos eran las
palabras con que pugnaba por manifestarse ese presentimiento. Entre los abrazos
se nos quedaba fría y angustiada no sé bien qué emoción. Un “Douglas” grande se
lo llevó...”
Rafael Méndez Martínez |
El hijo al que hacía mención
era Federico Angulo Hernández, bilbaino de nacimiento, que con tan sólo 17 años había participado en la
campaña de Guipúzcoa y por entonces se encontraba en Bilbao, y el jefe y amigo de Angulo
era el Director General de Carabineros, Rafael Méndez, y aunque a su pesar,
acató los deseos de su subordinado y trasladó la orden al ministro de Hacienda
Juan Negrín, quedando firmada la orden por el Interventor General del
Ministerio, Adolfo Sisto, el 2 de julio de 1937: “Este Ministerio, conformándose con lo propuesto por el ilustrísimo
señor Director general de Carabineros, ha resuelto que el Teniente Coronel de
dicho Instituto don Federico de Angulo Vázquez pase destinado como Jefe de las
fuerzas de Carabineros del Norte”.
La orden de traslado no llegó a
tiempo para que pudiera, como era su deseo, recalar en Bilbao, que poco antes,
el 19 de junio, había caído en poder de los nacionales, por lo que se dirigió a
Santander. La caída del País Vasco supuso la pérdida de ánimo y voluntad de
lucha del Ejército Vasco al ver que ya no estaba defendiendo su tierra,
sembrando dudas en el resto de unidades acerca de cuál sería la actitud que
tomarían sus hombres. Tras batirse los primeros días en Reinosa ante las
Brigadas Navarras, el Euzko Gudarostea, formado por el Partido Nacionalista
Vasco y comandado en un primer momento por el propio lehendakari José Antonio
Aguirre, veía sin ninguna convicción el seguir luchando por la República ya que
no por Euskadi e iniciaron tres de sus batallones el repliegue hacia Santoña.
Hecho que se confirmaría tras las negociaciones llevadas a cabo entre el PNV y
el Alto Mando italiano, añadiendo a ello el viaje previo que ya había realizado
el padre Alberto Onaindía a Italia para presentar su informe acerca de la
situación del pueblo vasco. Onaindía fue el comisionado por los
dirigentes del Partido Nacionalista Vasco para presentar en el Vaticano las
razones morales por las que los nacionalistas vascos, como católicos, habían
estado del lado republicano –socialistas, anarquistas, comunistas...,
contrarios y perseguidores del catolicismo- desde el inicio de la guerra. El pacto de
Santoña, por el cual las fuerzas vascas ofrecerían su rendición a cambio del
respeto a la población civil y ser considerados los militares vascos como
prisioneros de guerra bajo la soberanía italiana, supuso la pérdida de la que
podría haber sido una eficaz ayuda en la defensa del Frente Norte. Mientras se
decidía la suerte de Santander, el Ejército vasco se limitó a adoptar
posiciones defensivas y no colaboró en ningún momento con el resto del Ejército
republicano del Norte comandado por el general Mariano Gamir Ulibarri, en
cuanto se decidió un repliegue que acotara más la línea de defensa de Santander,
opinando que «los batallones
nacionalistas reunidos en Laredo y Santoña, declararon franca actitud de
rebeldía, deteniendo a las autoridades, discutiendo a sus mandos y negándose a
combatir con la esperanza de hacerse fuertes en la zona de Santoña sobre un
puerto y esperar unos hipotéticos barcos que habían de evacuarlos a Francia».
Y de esta manera se manifestaba al respecto el lehendakari Aguirre: «Principalmente, los elementos
nacionalistas, desde la caída de Bilbao, sufrieron en todo su ser la sensación
de que ya para ellos todo estaba perdido. Los demás partidos tenían una
continuidad política en los demás territorios. Ellos, no. Se atravesaban las
fronteras de nuestro pueblo donde la gente hablaba otro idioma. Trágica realidad
que hay que saber vivirla para comprenderla».
"República. Diario del Pueblo", único rotativo en Santander por aquellas fechas |
Federico Angulo se dirigiría
directamente hacia Santander, ciudad que ya conocía tras su paso por la
Redacción del diario “El Pueblo Cántabro”
en 1916 en una primera etapa y en 1920 en una segunda, y a la que llegaba el 9
de julio de 1937 precedido de su fama y capacidad de lucha. Por entonces, en la
capital cántabra sólo se publicaba un diario: “República. Diario del pueblo”. Las autoridades, ante la escasez de
papel tras la caída de Bilbao decidieron unificar el 29 de junio de 1937 todos
los diarios de Santander (entre los más importantes “La Región” y “El Cantábrico”)
en uno solo, el mencionado “República”.
Juan Ruiz Olazarán, presidente de la Junta de Defensa y gobernador civil de
Santander durante la guerra, reconocía que “después
de la caída de Bilbao y a la vista de la grave situación que se creaba, dispuse
la publicación de un solo diario denominado República”. El nuevo diario se imprimía en los talleres de “La Voz de Cantabria” y apareció sin
interrupción durante 57 días, hasta el 24 de agosto. El personal de Redacción
estuvo formado por Antonio Huerta, director; Francisco Lecue y Ramón San Juan,
taquígrafos; Francisco Fernández, Luis Riera Sanz y Julio Vicente, redactores,
y Miguel Murillo, dibujante. En opinión de Jesús Francisco Gutiérrez Goñi, “practicaba un periodismo de guerra en el
que el ardor combativo, los llamamientos a la población y la transmisión de
órdenes ocupaban la mayor parte de las cuatro páginas de que constaba, quedando
la información en un plano secundario”. En su número 12 de 10 de julio el
rotativo cántabro daba la bienvenida a Paco Galán, hermano de Fermín, uno de
los mártires republicanos en el levantamiento de Jaca de diciembre de 1930, y a
Federico Angulo:
Francisco Galán |
«Desde ayer están entre nosotros estos dos
camaradas, jefes ilustres del Ejército popular. Teniente coronel procedente de
la Guardia Nacional el uno y de igual grado en el Cuerpo de Carabineros el
otro, vienen al Norte voluntariamente, llamados por la causa en peligro.
»Son dos hombres jóvenes, dos auténticos
veteranos, sin embargo, de esta guerra que nos hacen los traidores. En sus
hojas de servicios y hasta en su piel, pueden leerse nombres que han hecho
famosos las gestas populares.
»Paco Galán es el héroe de Somosierra, el
luchador que se asomó a los riscos del Guadarrama cuando el enemigo, que lo
tenía todo, se preparaba a caer sobre una capital que no tenía nada. No ha descansado
desde entonces. Ha dado su entusiasmo, su inteligencia, su actividad y su
sangre.
»Federico Angulo saltó de la Redacción de “El
Socialista” a guerrillero obstinado.
Estuvo en el asalto a la Montaña, luchó luego en la Sierra, anduvo por Extremadura,
fue el héroe central de aquella gloriosa acción de Mérida, en la que un puñado
de leones clavaron a toda una columna motorizada por la traición. Atacó
Talavera, anduvo en las arremetidas a Toledo, corrió a Motril para contribuir
con su valor sereno a cortar la desbandada malagueña… Federico Angulo, ídolo de
los carabineros, se ha ganado estrellas y fama derrochando valor y dando varias
veces su sangre por la causa.
»El cuadro de jefes que actúa en el Norte a
las órdenes de nuestro ilustre general Gamir Ulibarri, se enriquece con la
aportación de estos hombres que nos traen su entusiasmo y su experiencia en
esta lucha.
»Bienvenidos sean a esta tierra, en la que
empiezan encontrando amigos y compañeros leales y hallarán pronto soldados del
pueblo dispuestos a probar que su temple no cede al temple heroico de los
hombres que hasta hoy mandaron.»
Desde su llegada a Santander tendrá Angulo una intensa actividad. Para la reorganización de las unidades será el principal responsable de conformar una Brigada de choque de Carabineros, y a tal efecto recorrerá pueblos y ciudades, publicando pasquines que se reparten y pegan en paredes y vallas de las poblaciones, y haciendo llamamientos en la Prensa. Ésta, feliz ante dicha iniciativa, se encargará de comenzar la nueva tarea y dar a conocer a todos aquellos santanderinos que voluntariamente quieran integrarse en las nuevas unidades la inminente formación de las nuevas unidades de carabineros mediante anuncios como:
LOS CARABINEROS DE CHOQUE
«Con la llegada a Santander del teniente
coronel Angulo, nuestro viejo camarada, se inicia en el Norte la formación de
unidades de choque de Carabineros. Por fin se va a hacer aquí lo que hace meses
se realizó en el resto de la España republicana. Debemos felicitarnos de ello.
Dentro de poco tiempo, el Ejército del Norte contará con unas fuerzas nuevas,
continuadoras de las hazañas de las brigadas de Carabineros que se llenan de
gloria en los frentes de Madrid, de Guadalajara y de Granada.
»Fueron los Carabineros de la quinta brigada
mixta los que contribuyeron con su heroísmo a contener la avalancha fascista a
las puertas de Madrid, y en un alarde tesonero clavaron la terrible ofensiva
italo-germana en la Ciudad Universitaria; fueron estos mismos Carabineros los
que resistieron el empuje brutal enemigo en el Jarama; fue la tercera brigada
de Carabineros la que tomó, a la bayoneta, Brihuega, en el frente de
Guadalajara; fueron batallones de Carabineros los forjadores de las victorias
en el frente de Andújar, y son ahora brigadas de Carabineros las que estos días
avanzan como un alud en el frente del Centro, trazando con la punta de sus
cuchillos el camino del triunfo.
»Los Carabineros de antaño, que también
escribieron páginas de gloria y de martirio por la causa de la Libertad,
reverdecen sus laureles en los Carabineros de ahora, que aspiran a ser los
auténticos soldados de la República y sueñan con ser sus héroes.
»La recluta de Carabineros de choque hará el
milagro de juntar a cuantos sientan entrañablemente la revolución española, que
no cuajará en realidades si no se gana la guerra. »
Emblema de Carabineros |
LA RECLUTA DE LOS CARABINEROS
DE CHOQUE
«La recluta de Carabineros de choque, apenas
iniciada, tiene asegurado el éxito. Pasan de trescientos los hombres
antifascistas que en dos días han acudido a las oficinas de la Comandancia de
Carabineros a presentar sus instancias. Trescientos soldados de la República
que consideran un honor vestir el uniforme verde glorificado por las jornadas
de Madrid, del Jarama, de Guadalajara, de Andújar. Trescientos que hoy serán
mil y mañana una brigada que, una vez encuadrada, marchará al frente.
»Un detalle que revela hasta qué extremo ha
despertado entusiasmo la recluta de Carabineros de choque, nos lo ofrece el
número de oficiales que acuden a pedir se les conceda el honor de mandar las
fuerzas en formación. Son los mejores, los que llevan once meses de campaña,
muchos de ellos varias veces heridos, que piden mandar carabineros, porque
saben que los carabineros ocuparán los puestos de mayor peligro.
»El fenómeno que se dio en Madrid en
septiembre del pasado año, se da aquí ahora. En la mil veces heroica capital de
la República, fueron miles los hombres que acudieron al llamamiento de
Carabineros, y llenaban las calles madrileñas de uniformes verdes. Aquí, en
Santander, serán miles también los que, dentro de pocos días, lucirán el
glorioso emblema de los dos fusiles cruzados.
»Noticias igualmente satisfactorias se
tienen de Asturias. Allí también ha comenzado la recluta y suman varios
centenares las instancias recibidas.
»El Norte quiere tener, como las demás
regiones de la España antifascista, sus brigadas de Carabineros, de estos
magníficos soldados de la República, que prefieren la muerte a la derrota. Y
las tendrá en número y en calidad comparables con las que a diario escriben
magníficas páginas de abnegación y de heroísmo. El fervoroso entusiasmo que
reina entre los auténticos antifascistas, aquellos que no se limitan a pregonar
su adhesión a la República democrática, sino que rubrican sus palabras con el
fusil en la mano, nos permite afirmarlo así. »
Aun sin poder asegurarlo,
presumimos que el autor de estos textos sería el propio Angulo. Su
responsabilidad en esos momentos, su pasado periodístico, su compromiso con el
Cuerpo de Carabineros, al que elogia fervientemente (recordemos que no sólo él
forma parte de este Cuerpo, también su hermano José Angulo Vázquez es en
aquellos momentos Comandante de Carabineros, y su padre, Manuel de Angulo
Sánchez-Usero lo fue anteriormente alcanzando el grado de Teniente Coronel),
nos sugiere esta más que probable autoría. El de Carabineros fue un Cuerpo
creado en 1829 y dado que aproximadamente dos terceras partes de sus
integrantes en 1936 fueron leales a la República, y en el transcurso de la
guerra fue aumentando su número considerablemente, al acabar la contienda el
general Franco decretó en 1940 su desaparición e integración en el Cuerpo de la
Guardia Civil.
Cuca, en 1936 |
Entre los inscritos en esos dos
primeros días de recluta que mencionaba el escrito, se incluía un famoso
futbolista de la época del Racing de Santander, Ricardo García Martínez “Cuca”. Nacido en Sama de Langreo en
1914 y tras su paso por el Racing Langreano, fichó por el Racing de Santander y
comenzó su andadura futbolística en 1ª División en la temporada 1935-36. En
ella jugó un total de 22 partidos anotando 8 goles. El equipo habitual del
Racing esa temporada estaba formado por: Pedrosa, Ceballos, Ilardia, Ibarra,
García, Germán, Cuca, Milucho, Chas, Larrinaga y Cisco. El inicio de la guerra
provocó la suspensión del campeonato durante las siguientes tres temporadas,
disputándose de nuevo en la 1939-40, en la que Cuca jugó 12 partidos con el Racing marcando 4 goles aunque ese año
el equipo descendió a 2ª División. Ya posteriormente, jugó en el Deportivo de
La Coruña entre 1941 y 1943 y en el Sporting de Gijón entre 1945 y 1947. El
Oviedo, en el que jugó un solo partido fue su último club en 1ª División. Cuca
fallecería en su localidad natal, Sama de Langreo, en julio de 1971. Con lo que
respecta a la época que nos ocupa, Cuca era Cabo de Infantería en febrero de
1937, y el 4 de abril del mismo año ascendía a Sargento, pasando destinado al
Batallón 19 de las fuerzas de choque del Instituto de Carabineros. Y en el mes
de julio, pasaría a formar parte de las unidades de Carabineros que Angulo
intentaba formar en Santander.
Plantilla del Racing de Santander correspondiente a la temporada 1935-36. "Cuca" el primero por la izquierda, con el nº 7 |
La foto del edificio de Correos de Santander no es de la Guerra Civil, sino del incendio de 1941. Un saludo.
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