sábado, 30 de abril de 2011

1893 Ciudad Rodrigo

Vista aérea de Ciudad Rodrigo (Salamanca)
  
   No vamos a seguir un orden estrictamente cronológico, pero puestos a empezar, empecemos por el principio. Federico Angulo nacía un día de septiembre de 1893 en Ciudad Rodrigo. Todavía en proceso de investigación y redacción, pero adelantaremos que su nueva biografía comienza así:

Yo he nacido en un pueblo amurallado
con heridas de guerra ya oxidadas
Ahora las almenas, barbacanas
matacanes, garitas y aspilleras
son un mudo artificio que vigila
la guerra cenital de los vencejos
(Jesús Tomé)

   Sin duda, ésta podría resultar ser una acertada síntesis de lo que fue una vida, una manera de ser y de hacer. Una personalidad que quiso romper el estrecho cerco de un cinturón de piedra que le acompañó desde su nacimiento y que parecía que invisiblemente le ahogaba. Una inquietud que le llevó a vivir plenamente una de las épocas quizás más convulsas de nuestra Historia, la que le tocó en suerte: la de la caída del reinado de Alfonso XIII, la de la guerra de Marruecos, la de una Dictadura militar consentida, la de una República convulsa, la de una guerra civil sangrienta, la del asomo de otra Dictadura que él ya no vio... Heridas, en definitiva, oxidadas ya, pero que en su momento fueron las que iban dando forma y moldeando un comportamiento, una actitud, una manera de acometer la vida que se le iba presentando. Y finalmente, en un día de otoño, el mudo artificio, el silencio...
     Por tierras de la provincia de Salamanca, y relativamente próxima a la frontera portuguesa, nos encontramos con la histórica y monumental Ciudad Rodrigo. Antaño asentamiento romano, la antigua Miróbriga, de cuya época todavía se conserva el puente sobre el río Águeda, arteria fluvial desde cuyo nacimiento, muy próximo, acaricia suavemente la parte occidental de la ciudad y la deja atrás, olvidada, para buscar su punto de encuentro con el Duero. Al igual que las tres columnas erigidas en tiempos del emperador Octavio César, que nos dan su cordial bienvenida a la villa. La misma que nos dan las puertas de su muralla medieval -Amayuelas, Colada, San Vicente, del Conde, del Sol, Santiago- invitándonos a pasar y hacer realidad aquellas palabras del insigne poeta renacentista mirobrigense Cristóbal de Castillejo, cuando decía «Aquí no hay, sino ver y desear». Murallas tantas veces sitiadas y acometidas, y que hoy, con su piedra áspera y rugosa, dulcifican y acogen nuestros sentidos, invitándonos a cruzar la puerta del tiempo y penetrarnos de su ambiente sereno, cálido, noble y señorial. Admirarnos de su catedral, sus iglesias, sus capillas y conventos, su castillo, sus numerosos palacios... auténticas obras de arte de los siglos XV y XVI que fueron naciendo en la época de mayor esplendor y prosperidad de la ciudad. Prolijo sería enumerarlos, no hay más sino verlos y sentirlos.
     Corre el año de 1893. El por entonces Teniente de Carabineros D. Manuel de Angulo Sánchez-Usero se encuentra destinado en la Comandancia de Salamanca, a la que se incorporó en julio de 1890. Sin embargo, el domicilio familiar se encuentra en Ciudad Rodrigo, a pocos kilómetros de la capital de la provincia...

Una de las entradas a la ciudad
 
Puente romano sobre el río Agueda

   Antiguamente llevó el nombre de Miróbriga y figuró en la época romana con el de Augustóbriga. Fernando II de León la convirtió en plaza fuerte para defender sus dominios contra las agresiones del rey de Portugal. Es una de las ciudades españolas de aspecto más genuinamente medieval, que se manifiesta en la disposición de calles y plazas, antiguos palacios y casas de piedra de sillería con blasones. Dispone de diversas entradas a lo largo de su muralla, entre ellas:

   - La Puerta del Conde. Llamada así en honor de Rodrigo González de Girón.


   - La Puerta de Amayuelas. Abierta en el lienzo de muralla en el siglo XVI, al trasponerla entramos a la plaza del mismo nombre.

Plaza de Amayuelas
     Aunque los verdaderos iconos de la ciudad son su Plaza Mayor y su Catedral.



   Saltamos una parte referida a sus ancestros y sigamos con el libro, donde se habla de su nacimiento:

   Manuel desempeñará su cargo en el Instituto de Carabineros en la Comandancia de Salamanca. Los cuatro miembros de la familia Angulo Vázquez abandonan Badajoz y se instalan en la localidad salmantina de Ciudad Rodrigo. Pasarán años de absoluta tranquilidad en lo que al trabajo del cabeza de familia se refiere, no produciéndose noticias dignas de reseñar, hasta que, llegado el año al que hacíamos referencia en los inicios de este escrito, nacerá el tercer hijo de la pareja. Situado en la parte posterior del Ayuntamiento y muy próximo a la Plaza Mayor, fijan su domicilio en la Calle de los Gigantes nº 1, segundo piso, y será allí donde, a las 4.30 h. de la madrugada del día 27 de septiembre de 1893, Josefa da a luz a Federico.
   Pocos días después, el 11 de octubre, nos encontramos en la Iglesia parroquial del Sagrario, que tras la Catedral de Santa María de Ciudad Rodrigo, quizás sea el templo más importante de la Villa. También conocida como Capilla de Cerralbo, ejercía en aquellos años como Capilla Castrense de San Andrés. D. Manuel Rodríguez Pérez, Capellán párroco propio del “Regimiento de Infantería del Príncipe” y Cura Castrense de la Plaza, sería el encargado de bautizar a Federico, actuando como padrinos los abuelos maternos, por entonces domiciliados en la ciudad de Salamanca, antes de que se trasladaran de forma definitiva en 1897 a Madrid ...
 
Capilla de Cerralbo, a finales del XIX, justo en el momento de su bautizo
   La capilla de Cerralbo fue fundada en el siglo XVI por el hijo de los señores de Cerralbo, D. Francisco Pacheco Toledo, y hermano de D. Rodrigo, primer marqués de Cerralbo. La construcción de la Capilla se debió a la negativa del Cabildo a permitir la inclusión de una capilla funeraria para D. Francisco -nombrado Cardenal en 1561- en el interior de la Catedral. De esta forma quedó dispuesta su construcción en cláusula testamentaria otorgada por el Cardenal en Burgos el año 1577. De estilo herreriano, quedó consagrada el 15 de octubre de 1685. Fue severamente castigada durante la invasión napoleónica, cuando fue utilizada como polvorín, siendo necesaria una posterior restauración y la reconstrucción de la cúpula.

Acta bautismal 11 octubre 1893 (Archivo Eclesiástico del Ejército, Madrid)

Una vista actual de la Calle Gigantes
   A pesar de que años después volvería, poco tiempo pudo gozar Federico de las excelencias artísticas de su patria chica. Cuando apenas comenzara a dar sus primeros pasos, el niño, que no ha cumplido todavía los tres años, hará el primer viaje de los muchos que le esperarían años después a través de la geografía peninsular. A mediados del año 1895, su padre es destinado a la Comandancia de Algeciras, en cuyo servicio recibirá al año siguiente el ascenso al grado de Capitán de Carabineros, y será entonces, tras un año escaso de permanencia en la ciudad andaluza, cuando a primero de julio de 1896, la familia Angulo Vázquez se traslada a la Comandancia de Guipúzcoa ...

    Hasta la próxima

 

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