Plano topográfico en 1936 de la zona de la Ciudad Universitaria (El Palacete señalado en la flecha) |
Es posible que alguno de nuestros seguidores
se pregunte el por qué de estas dos entradas acerca del Palacete de la Moncloa.
El motivo es bien simple: El diario “El Socialista”, nada más iniciarse la
sublevación organizó una milicia de la que se haría cargo Federico Angulo, y
tras los primeros días de la guerra, dicha milicia establecería su sede o
cuartel general en el Palacete, convirtiéndose en su centro de operaciones.
Valentín Gutiérrez de Miguel |
En agosto de 1936, Angulo y su columna de
“El Socialista”, hecho su bautismo de fuego en la sierra madrileña, deciden
trasladarse al frente de Extremadura para tratar de contener el avance de la
“Columna Madrid”. En el momento en que se produzca ese encuentro, Angulo estará
ejerciendo con el grado de Capitán de Milicias, ascenso del que se hacía eco “El Socialista” el miércoles 5 de
agosto, dándoles la «enhorabuena
cordialísima a ambos camaradas». El segundo homenajeado era el también
periodista del diario fundado por Pablo Iglesias, Valentín Gutiérrez de Miguel, que
ejerce en esos momentos como corresponsal de guerra en el frente del
Guadarrama, siendo el artífice de dilatadas crónicas de guerra que se
publicaban a diario, y al que el propio General José Riquelme le impuso la estrella
de Alférez. También el diario ABC republicano, el día el 6 de agosto, hacía
pública su felicitación a los dos periodistas: «A los dos compañeros y a la Redacción de nuestro colega nuestra más
cordial y sincera felicitación por las distinciones tan merecidas y bien
ganadas».
Antes
de la partida, la milicia de “El Socialista” necesita completar su formación y
cubrir las bajas que ha tenido en el frente de Somosierra. Como “alma mater” de
la milicia, Angulo, todavía convaleciente de las heridas recibidas en la Sierra, hará un llamamiento el 3 de agosto a todos aquellos
voluntarios que deseen ingresar en dicho grupo: “Para cubrir bajas producidas en este grupo, se convoca a aquellos
afiliados al Partido Socialista y Unión General de Trabajadores que quieran
prestar sus servicios como milicianos, para que se presenten hoy [4 de
agosto] de nueve de la mañana a siete de
la tarde, en el palacete de la Moncloa. Se advierte, para evitarse molestias y
contratiempos, que el hecho de quedar inscrito en este grupo supone la
obligación de someterse a una disciplina militar y al deber inexcusable de
hacer vida de cuartel.- El capitán, Federico Angulo”. Poco menos de dos semanas permanecieron en la capital. Tras ese poco tiempo de reformación de la milicia, los encontraremos destinados en Extremadura.
La Milicia de "El Socialista" (Angulo en el centro, con el brazo en cabestrillo) en Extremadura en agosto de 1936 |
A finales de agosto, tras su andadura
extremeña y con la destacada defensa de Medellín, la milicia vuelve a Madrid.
El día 27, Angulo visitaba al ministro de la Guerra, el teniente coronel
Hernández Saravia, que había sustituido pocos días antes -6 de agosto- al
general Castelló:
«Estuvo
en el ministerio de la Guerra el capitán de las milicias socialistas y redactor
de “El Socialista”, Federico Angulo, convaleciente ya de las heridas que
recibió en el frente de Somosierra y Extremadura. En la actualidad Angulo está
ocupado en la organización de una compañía de choque, que tan pronto como esté
armada y equipada saldrá para unirse a las fuerzas que bajo el mando de Riquelme
operan en Extremadura.
»Angulo está encantado del valor de las
milicias que dirige, que marchan siempre en vanguardia y están demostrando ser
unas de las formaciones más valientes.
»-Con compañeros así –dijo- se puede ir a
todas partes tranquilo y con la seguridad de triunfar».
Posteriormente a su salida del Ministerio,
se dirigía al Palacete de la Moncloa, convertido en cuartel general de la
milicia de “El Socialista”, donde se
llevaría a cabo el acto de imposición de insignias de ascenso a los milicianos
más destacados que tuvo Angulo en Extremadura bajo su mando. Los homenajeados
fueron: alférez Ciriaco López; sargentos Ramón García, Victorio Garcés, Antonio
Flores, José Balaguer, José Rodríguez Villarín, Julián Carralero, Manuel Pérez,
Moisés Dorado, Enrique Mercado, Francisco García, y los cabos León Díaz, Jesús
García, Francisco Pérez y Florián Muñoz. De forma emocionada, el capitán Angulo
dirigió unas palabras a sus hombres en honor al merecimiento de sus ascensos y
al resto de la milicia: «En estricta
justicia, cuantos estáis aquí presentes merecíais estas recompensas que se
otorgan a unos pocos compañeros. Estos compañeros simbolizan el comportamiento
de todos, y para todos es el honor que los ascensos puedan representar, y que
no son, en fin de cuentas, sino un estímulo para seguir combatiendo por la
libertad». Merecieron una mención especial dos de los ascendidos, Ramón
García y Victorio Garcés, que murieron en la defensa de Medellín, acabando
Angulo su alocución con un Viva a la República y al Socialismo. Ramón Lamoneda,
secretario del Partido Socialista, felicitó y alentó igualmente a los
integrantes de la milicia socialista.
Milicianos socialistas en una de las dependencias del Palacete de la Moncloa |
Eduardo Zamacois |
El sábado 29 de agosto, a las cinco de la
tarde, todos los componentes de la milicia de Angulo que gozaban de un merecido
permiso fueron convocados en la Moncloa para organizar el siguiente destino. Al
día siguiente, tras celebrar una comida multitudinaria en el exterior del Palacete,
Angulo, al comando de 120 hombres partía en tren de nuevo hacia el frente
extremeño, siendo su destino Villanueva de la Serena. La partida estaba
prevista para las 10 de la noche, trasladándose todos los milicianos hasta la
estación en seis camiones, en cuyo trayecto por las calles de Madrid irían
siendo «ovacionados con entusiasmo».
En ese viaje les acompañó el escritor Eduardo Zamacois, cronista especial del
diario madrileño “La Libertad”, que
divulgaría posteriormente en sus crónicas las vivencias de aquella milicia, y
que tras convivir con Angulo todos aquellos días, llegó a definir su entrega
como «... el valor ciego, que es ímpetu
rabioso, frenesí desesperado, acometividad sin brida, llama en los ojos, espuma
en los labios y nervioso tremar en los músculos, y el valor reflexivo, frío,
ecuánime, lleno de ponderadas elegancias...», y haciendo en aquel día una
breve reseña fisonómica suya:
«Es un
hombre de rostro pálido, largo y flaco, animado por unos ojos negros que miran
indiferentes, como si para ellos la muerte no tuviese importancia, y que dentro
de su uniforme de color caqui tiene el andar ágil, suelto y rápido de los
aventureros, nacidos para el asalto».
Pero volvamos de Extremadura e instalémonos de nuevo en el Palacete de la Moncloa. Dos meses después, Angulo ha ingresado ya en el Cuerpo de Carabineros y en el todavía cuartel general de la milicia de "El Socialista" comenzaba la organización de una segunda milicia. Es el momento en el que comienza, en el mes de noviembre, el asalto a la capital y el establecimiento del frente en la Ciudad Universitaria. Toda la zona quedaría reducida a escombros, y además de los edificios universitarios, el Palacete, con sus más de dos siglos de vida, no sería una excepción.
Y hasta aquí llegó la historia del Palacete de la Moncloa. El que hoy en día conocemos como Palacio de la Moncloa, que desde 1977 es vivienda personal del Presidente del Gobierno, se levantó sobre sus ruinas. En 1949 comenzó su edificación y se ubicó en el mismo emplazamiento del antiguo Palacete.
El Palacio de la Moncloa en construcción en 1949 |
El Palacio de la Moncloa en la actualidad |
Una dilatada existencia venida abajo en unos pocos días de noviembre de 1936. Una histórica residencia de la nobleza cuya última función fue la de acoger a un pequeño y voluntarioso grupo de milicianos socialistas...